Por Redacción - 18 Noviembre 2015
Cuando hace ya unas décadas internet estaba haciendo su irrupción en el mercado, las previsiones de los expertos intentaban aventurar en qué terminaría todo eso. ¿Cómo cambiaría la red el mundo en el que se movían los ciudadanos? Todo el mundo parecía tener claro que internet se iba a convertir en una fuente de información y de entretenimiento a disposición de los ciudadanos y que la red iba a variar un poco, o eso pensaban, el modo de acceso a los mismos. Lo que pocos predijeron fue, a ciencia cierta, la revolución en la que internet se acabaría convirtiendo.
Porque, cierto es, los contenidos se han convertido en algo completamente diferente a lo que en su momento eran. Los consumidores no tienen que esperar en absoluto para acceder a la información, porque internet la ha convertido en instantánea. Contar las cosas en tiempo real es más fácil que nunca gracias a la red. No es el único cambio que internet ha implicado. Ahora cualquiera puede convertirse en un emisor de información, al tiempo que puede encontrar allá donde busque información sobre el tema exacto que desee. Internet ha hecho que la información no solo esté a disposición de todo el mundo, sino que además no quede tema sin el que alguien se haya decidido a escribir en profundidad.
Limitar, sin embargo, el peso de internet a únicamente un cambio en los modos de consumidor información es un error. Internet ha supuesto una revolución a muchísimos más niveles. Ha creado nuevos modelos económicos, con la irrupción de la llamada economía del long tail; ha abierto la posibilidad de crear nuevos canales del venta, con todas las diferentes posibilidades de ecommerce; ha revolucionado las comunicaciones, haciendo que las llamadas a larga distancia hayan dejado de ser necesarias con elementos como Skype y creando nuevos modelos de comunicación con la irrupción de las redes sociales; o ha modificado las relaciones entre ciudadanos y gobiernos, creando nuevos modelos de control y participación ciudadana.
Internet se ha convertido en una revolución de los usos y las costumbres tan importante como lo fue en su momento la Revolución Industrial y, por ello, ha acabado arrastrando a todo el mundo a su espiral de cambios. Y, en esa espiral, las empresas no pueden quedarse en absoluto fuera de juego: internet ha cambiado de forma poderosa - y sin vuelta atrás - como operan las empresas. Para adaptarse a esas nuevas reglas de juego, las compañías no solo tendrán que cambiar su operativa, sus actividades y hasta sus productos, sino que tendrán que incorporar a sus filas a nuevos y muy preparados profesionales.
Y ahí es donde entra el Digital Marketing Manager.
Las empresas se están enfrentando, gracias a esa revolución que ha supuesto internet, a un panorama cada vez más complejo y en el que entran en juego cada vez más elementos y más variables. Los responsables de marketing tienen que ser capaces de comprender internet y lo que exige y, sobre todo, necesitan tener en su equipo a un profesional que sea capaz de guiarlos en ese tormentoso mundo que la red ha creado. Las marcas necesitan a un profesional todoterreno, que comprenda este universo y que ayude a tomar decisiones que permitan que la empresa juegue en primera línea en la red.
Esto es lo que ha convertido al Digital Marketing Manager en un profesional muy buscado. Según señalaba en un estudio hace unos años AMETIC, la patronal del sector TIC, el Digital Marketing Manager es uno de los perfiles más deseados del mercado. Entonces sus tareas se establecían en un universo de trabajo muy completo que incluía desde investigación digital hasta planificación de estrategias pasando por la creación planes de contenido (algo cada vez más necesario a medida que el marketing de contenidos se está convirtiendo en un elemento crucial para las marcas), social media management o medición y monitorización de resultados.
El trabajo no es sencillo y además suele contar con ciertos elementos que hacen que el día a día del Digital Marketing Manager sea incluso un poco más complicado. Estos profesionales funcionan como una suerte de evangelistas, que tienen que mostrar a sus superiores el camino a tomar y las nuevas tendencias online. Esto no siempre es fácil. Por mucho que estos profesionales estén a la última, sus jefes no necesariamente lo estarán. Al fin y al cabo, para eso es para lo que los han fichado. Un estudio de Marin Software señalaba, hace escasos meses, que para 1 de cada 3 digital managers la ignorancia en cuestiones digitales de sus jefes era uno de los elementos que hacían que su trabajo avanzase más despacio.
Pero, a pesar de ese elemento de pioneros y de las dificultades inherentes a ello, ser Digital Marketing Manager es una profesión que muchos marketeros buscan, ya que es una con mucho potencial de futuro y que además está bastante bien remunerada. Una rápida investigación entre las ofertas de empleo permite descubrir que las multinacionales están pagando ya entre 34.000 y 42.000 dólares anuales a sus Digital Marketing Managers.
¿Cómo convencer a las empresas de que se da el perfil?
Una de las guías que las empresas usan para establecer quiénes son los mejores candidatos para convertirse en su próximo Digital Marketing Manager está en fijarse en su experiencia laboral. Una carrera en el sector y una experiencia previa en ese puesto en otra compañía o en puestos similares que preparen para desempeñar esas funciones puede servir para demostrar a las empresas que se cuenta con los conocimientos necesarios para desempeñar esa labor.
Aunque, para las empresas, no siempre resulta muy fiable dejarse guiar por el currículo, al igual que para los profesionales existen mejores formas de demostrar (sobre todo a un nivel internacional) que se está preparado para desempeñar ese trabajo. Ahí entran en juego las acreditaciones internacionales como Digital Marketing Manager, la conocida a nivel global por su nombre en inglés como International Professional Qualification in Digital Marketing Manager.
Este tipo de acreditaciones no solo demuestran que se cuenta con los conocimientos necesarios y que se está formado a la última, por así decirlo, sino que además permiten demostrar a nivel global que se sabe de qué se está hablando. Cuando se postula a un trabajo en otro país, estas certificaciones demuestran sin margen de duda que se cuenta con los conocimientos y las habilidades requeridas.
Y, por supuesto, la formación en centros educativos de referencia en marketing, ya sea con grados universitarios como postgrados o másteres, es la mejor manera de sentar la primera piedra en los cimientos para convertirse en el Digital Marketing Manager que las empresas necesitan. Una formación continua no es solo muy recomendable sino también muy necesaria en un universo, como el de internet, que se mueve tan rápido y en el que todo cambia tanto.
Las "skills" del Digital Marketing Manager
De forma paralela a una buena formación en la materia, al digital marketing manager se le exigen unas ciertas habilidades, lo que en inglés se conoce como skills, que le convertirán en el profesional más eficiente para desempeñar estas funciones. La primera área en la que tiene que ser muy bueno es siendo rápido a la hora de tomar decisiones. Internet se mueve muy rápido y al Digital Marketing Manager no le debe temblar la mano a la hora de decidir qué hacer.
Como explica uno de estos profesionales en su blog, si el marketing manager tenía unas 3 o 4 semanas para ver cómo el anuncio que estaba defendiendo llegaba a las revistas (y luego tenía que esperar para cosechar los resultados), su contrapartida digital solo tiene que esperar 2 o 3 minutos para ver cómo su anuncio llega al mundo y tiene resultados a la media hora. Su margen de maniobra se ha reducido a los minutos.
Además de ciertas cualidades por tanto más innatas, el Digital Marketing Manager tiene que contar con otras habilidades adquiridas y tiene que ser muy bueno en todas las áreas que importan en la red. Así, tiene que ser un genio del SEO, un experto en móvil pero también en email marketing o redes sociales, saber moverse en gestión de contenidos y tener grandes capacidades analíticas.