Por Redacción - 10 Octubre 2017
Uno de los pasos que se suele dar cuando se está preparando el currículum vitae y se está intentando presentar la mejor cara de nuestro perfil profesional es el de pensar qué se ha hecho recientemente y cómo esas acciones hacen que nos veamos mejor ante los ojos de nuestros potenciales empleadores. Por ello, se afina cómo se presenta la última experiencia conseguida y se cuenta de la mejor manera posible qué es lo que se ha estado haciendo.
Y, por ello también, se intenta demostrar que uno no se ha quedado sin estar a la altura de los tiempos. El CV se empieza a llenar de información para demostrar que se sabe lo que está importando ahora. Quizás se pueda establecer casi una línea directa entre el momento en el que tomamos la decisión de cambiar de trabajo y en el que empezamos a intentar mejorar nuestra formación, en el que intentamos actualizarla.
Sin embargo, esto es un error. Formarse e intentar conocer más a fondo lo que está marcando el mercado en el trabajamos nunca es una opción errónea: lo que hace que lo sea es el esperar a hacerlo al momento en el que estamos pensando en cambiar nuestra trayectoria laboral.
La formación es muy importante para estar actualizado, saber cuáles son las últimas novedades y tener un perfil que se adapte a los tiempos y a las necesidades que van surgiendo. Los cursos de formación han sido una especie de constante en algunas profesiones, como pueden ser los profesionales sanitarios, quienes siempre se están formando e intentando descubrir algo nuevo. La formación empieza a ser clave y decisiva también en otros muchos mercados. Es lo que está ocurriendo en el terreno del marketing y de la publicidad, en el que cada vez se pueden encontrar más cursos de marketing y ofertas de formación relacionados que cada vez tienen una mayor demanda.
¿Quiénes están apostando por ellos y quiénes están lanzándose a la conquista de estos conocimientos? En ocasiones, son las propias empresas del sector, quienes facilitan a sus empleados las herramientas para matricularse en estas formaciones complementarias. Muchas otras veces son los propios profesionales de marketing quienes se deciden a empezar uno de estos cursos. Y, de hecho, no son únicamente profesionales de marketing que están empezando su carrera, sino que empiezan a ser también trabajadores con una trayectoria ya larga en la industria que a pesar de ello comprenden la necesidad de continuar formándose.
Y es que la formación en el mundo del marketing y de la publicidad tampoco acaba ahora nunca. El mercado se mueve muy rápido y además está en un momento crucial de cambio. Los marketeros se encuentran ahora casi en la misma situación en la que se encontraban quienes tomaban las decisiones en medio de las diferentes etapas de la Revolución Industrial. Están en ese momento en el que se está produciendo el cambio y tienen que adquirir las herramientas y los conocimientos para ser capaces de sobrevivir al mismo.
De hecho, los marketeros no tienen más remedio que adaptarse a los nuevos tiempos y que asumir nuevas funciones. Es lo que está imponiendo la revolución digital, que está cambiando el modo en el que se consume y que obliga por tanto a las empresas a posicionarse en un nuevo escenario. Las empresas tienen nuevas necesidades, que sus profesionales de marketing tienen que solucionar. Para ello, no les queda más remedio que desarrollar nuevas aptitudes y estas nuevas aptitudes se adquieren vía nuevos conocimientos.
Muchos de los cursos de formación, bien sean másters, postgrados o cursos de especialización, se centran de hecho en muchos de estos nuevos elementos y necesidades. Existen cursos centrados en la transformación digital, en la comunicación en los tiempos de la red, en redes sociales, en el universo omnicanal o hasta incluso en cómo internet ha cambiado los derechos de los consumidores y lo que las marcas deben hacer con ello.
La formación es por tanto una suerte de llave para adquirir esas capacidades que permitirán sobrevivir en el nuevo contexto.
Y, por supuesto, la formación se convierte en lo que permite que los marketeros comprendan cómo funciona internet. La red está muy presente en nuestra vida, ya que todos la usamos en todo momento.
Sin embargo, para los marketeros este conocimiento no es suficiente. Tienen que ser capaces de comprender de un modo más profundo lo que internet supone y lo que internet está cambiando. Los medios digitales, por ejemplo, han modificado cómo accedemos a la información y cómo se distribuye el conocimiento, al tiempo que han hecho que la publicidad tenga que servirse y gestionarse de un modo distinto. Las marcas no tienen más remedio que jugar con ello y sus responsables tienen que ser capaces de comprender cómo se organiza.
Igualmente, tienen que ir un paso por delante de los cambios. Si los podcasts, por poner un ejemplo, se ponen de moda, los marketeros tienen que saber cómo opera todo esto antes de que la moda estalle y esté por todas partes.
Pero al final toda esta necesidad de nuevos conocimientos está muy ligada sobre todo a una cuestión y es que los marketeros necesitan comprender cómo deben trabajar y cómo deben posicionar a su compañía para poder seguir siendo la más fuerte en el mercado. Se podría decir que todo este interés por seguir formándose es casi una cuestión de supervivencia: es lo que les permite no ser nunca el rival más débil y seguir siendo quienes venden.