Por Redacción - 3 Noviembre 2020
Cuando estalló la crisis del coronavirus y los ciudadanos se tuvieron que quedar en sus casas, estalló también al mismo tiempo la formación a distancia. Fue una reacción casi esperada, porque la formación tradicional tuvo que cerrar las clases presenciales y llevar a sus alumnos a aulas virtuales, pero también una que se aceleró por el creciente interés de los ciudadanos por llenar las horas con formación.
El confinamiento parecía el momento para aprovechar y hacer un par de cursos online. Los profesionales del marketing no se quedaron al margen de estas tendencias y se sumaron a ellas: con la cuarentena los cursos online de marketing y publicidad también tuvieron su boom.
El crecimiento de la formación a distancia no terminó con el fin de los confinamientos (y las restricciones de movilidad de estas últimas semanas invitan a pensar que volverán a vivir otro pico), sino que se ha mantenido como una constante de este año. En 2020, se ha estudiado más a distancia.
Los datos de las plataformas que ya hacían elearning antes de la crisis muestran cómo se ha acelerado el uso de herramientas de formación a distancia. Los usuarios están accediendo cada vez más a cursos online y están aprovechando estos meses, con movilidad reducida y en los que pasan más tiempo en casa, para adquirir nuevos conocimientos y capacidades usando la red.
Entre marzo y abril, el número de usuarios de Coursera, por ejemplo, subió en un 398%. El catálogo de cursos de MasterClass ha crecido de forma notable (una tendencia de los últimos años) y hasta plataformas que no tenían nada que ver con formación han acabado vinculadas a ello. Es lo que ha ocurrido con Instagram Live o las experiencias de Airbnb, en las que cada vez se están posicionando más cursos.
Este crecimiento del tirón de estas herramientas y de los usuarios de cursos online ha acabado teniendo un efecto llamada: el capital riesgo está invirtiendo más y más en estas plataformas. Desde febrero, explican en FastCompany, las plataformas de elearning han recibido más fondos. En Coursera se han invertido, por ejemplo, 130 millones de dólares.
Pero además lo interesante no es solo que haya aumentado la formación online, sino también quién está acudiendo a ella. Los cursos online se están convirtiendo en una vía para llenar ese tiempo nuevo que tienen los ciudadanos en sus hogares, ciertos, pero también una vía para reciclarse, adquirir nuevos conocimientos o aprender a sobrevivir en el mercado que ha generado el coronavirus. Así, entre marzo y abril, las suscripciones de negocio en Coursera crecieron en un 324%.
De hecho, como explican en una nota de prensa de Esden Business School, ha aumentado el interés por las ofertas de formación alternativas marcado por el nuevo panorama laboral. Los profesionales, señalan, están recurriendo más a las escuelas de formación "para seguir creciendo profesionalmente" bien sea porque han perdido de forma temporal o definitiva su empleo o porque tienen una jornada laboral más reducida y quieren aprovechar ese tiempo para mejorar sus capacidades.
Y a eso se suma que el contexto apunta a que la formación se convertirá en más decisiva que nunca. Fue, al fin y al cabo, lo que ocurrió también en la crisis económica de hace una década. La batalla por los puestos de trabajo no solo era más encarnizada, sino que además se pedían perfiles con más formación y con conocimientos más específicos. En marketing, por ejemplo, no valía con saber de marketing en general, había que ser especialista en cosas concretas.
Ese es un punto clave, que explica que los marketeros se hayan lanzado a adquirir nuevos conocimientos y que sean cada vez más conscientes de la importancia de la formación en el futuro inmediato. Pero no es el único punto decisivo: la formación es igualmente crucial porque el mercado está en un proceso de cambio.
La crisis del coronavirus ha acelerado algunos cambios, como la transformación digital, y ha creado nuevas necesidades y obligaciones. Todo ello hace que las compañías necesiten actualizar su actividad y sus estrategias si quieren sobrevivir a la situación.
Por tanto, necesitan nuevas habilidades y nuevas capacidades en sus equipos. Han aparecido trabajos nuevos, pensados para la era del coronavirus, pero también nuevas cuestiones que gestionar y solventar.
Sus responsables de marketing y de estrategia deben saber cómo navegar esas aguas y contar con las capacidades necesarias para adelantarse al mercado, lo que les obliga a seguir formándose y a adquirir los conocimientos que les darán la llave para comprender qué está pasando.