Por Redacción - 28 Octubre 2024
El fraude en el comercio electrónico proyecta cifras alarmantes para los próximos años, con una previsión de impacto que superará los 100.000 millones de dólares en 2029, según datos de la consultora Juniper Research. A medida que el ecommerce se consolida como uno de los canales de compra más relevantes a nivel mundial, también enfrenta desafíos de gran envergadura, especialmente en lo que respecta a la gestión de devoluciones y la prevención de fraudes. Las devoluciones, además de generar costos asociados a la logística inversa, afectan la experiencia de usuario y la gestión de inventarios, aspectos que, si se manejan de manera adecuada, pueden contribuir a la retención y fidelización de clientes. Sin embargo, el fraude, en sus múltiples formas, es un fenómeno en constante crecimiento, y las empresas deben estar preparadas para mitigar sus efectos.
Las proyecciones de Juniper Research revelan un crecimiento del fraude del 141,5 % en el comercio electrónico global para 2029 en comparación con 2024, cuando se estima que alcance los 44,3 mil millones de dólares. Este incremento está directamente relacionado con el uso de herramientas avanzadas como la inteligencia artificial (IA), que permite a los delincuentes sofisticar sus métodos de ataque y burlar con facilidad los sistemas de verificación. La IA ha facilitado la creación de deepfakes y de identidades sintéticas, lo que permite a los estafadores realizar fraudes en una escala sin precedentes y con niveles de automatización que superan los sistemas tradicionales de prevención basados en reglas.
No obstante, la inteligencia artificial también ofrece soluciones para combatir este problema, y muchas empresas líderes en el sector ecommerce ya implementan sistemas que identifican patrones de fraude emergentes en tiempo real. Según el informe de Juniper, los comerciantes deben priorizar la integración de tecnología avanzada de IA en sus sistemas de prevención de fraudes, especialmente en mercados desarrollados donde las empresas están más expuestas a este tipo de delitos. Además, el informe sugiere que la incorporación de sistemas de identificación biométrica en el proceso de pago podría reforzar la seguridad de las transacciones.
Por otra parte, los fraudes de tipo ‘amistoso’, como el fraude de reembolso, se han vuelto cada vez más comunes y complejos de controlar. Este tipo de fraude, que suele cometerse por clientes legítimos, abusa de las políticas de devoluciones de los comercios para obtener beneficios indebidos. Un caso es el conocido como “wardrobing”, donde un cliente compra un producto para usarlo y luego devolverlo, afectando principalmente a tiendas de artículos de lujo. Otro ejemplo es el “bricking”, que involucra la compra de productos electrónicos para quitarles piezas o componentes valiosos y luego devolver el producto, obteniendo el reembolso.
Otro tipo de fraude común en ecommerce es el conocido como “caja vacía”, en el que el cliente asegura haber recibido un paquete vacío con el fin de quedarse con el producto y, además, obtener el reembolso del precio pagado. En casos más sofisticados, los estafadores emplean tarjetas robadas para realizar compras, devolviendo luego los productos con el fin de obtener el reembolso a través de un medio de pago diferente.
Este tipo de prácticas no solo impacta la rentabilidad de los comercios electrónicos, sino que representa un desafío constante para el sector. Las empresas deben adoptar una combinación de tecnologías avanzadas y políticas de devolución estrictas y bien diseñadas para reducir el impacto del fraude, un aspecto que se ha convertido en una prioridad para proteger tanto los márgenes de beneficio como la integridad del mercado online.