
Por Redacción - 23 Septiembre 2014
Una de las principales ventajas que para las marcas puede tener el ecommerce es que elimina a los intermediarios y permite salir directamente a vender a los consumidores finales. Es una nueva ventana de llegar al consumidor, de lanzar los productos al mundo y de hacer caja, aunque lo cierto es que el proceso no parece tan sencillo como parece. Una marca que quiere vender directamente y que quiere sacar todo el jugo al potencial del comercio electrónico tendrá que esforzarse para conseguir atraer la atención del consumidor. O, si no, otro será el que haga caja.
Los consumidores entran en las páginas de las marcas que les interesan casi de forma total. Según un estudio de Digital River, el 89% de los consumidores entran en sus páginas corporativas para descubrir productos y ver qué ofrecen. La visita se hace durante sus compras online y las intenciones son bastante claras. Ya que estoy comprando en la red, casi me quedo aquí y compro ya, podría definirse.
El interés de los consumidores por comprar directamente en la web de la marca debería ser un elemento determinante para que las compañías se lanzasen a implementar su oferta integrada de ecommerce. El otro podría ser saber quién se lleva a ese consumidor cuando la marca no tiene tiende online o tiene una web corporativa que se pueda definir como cutre.
El 31% de los consumidores encuestados por Digital River simplemente se pasan a la marca rival cuando una compañía no les permite comprar directamente en su web corporativa. Pero más impactante es la cifra de quienes recurrirían directamente a Amazon. El 78% de los consumidores, ante una web de una marca que peque de incompleta, saltan directamente a Amazon y compran directamente allí.
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