Por Redacción - 10 Noviembre 2016
En los últimos años, los consumidores han empezado a comprar cada vez más a través de internet. Esto ha cambiado por completo cómo se consume, cómo se venden los productos y cómo se crean estrategias de posicionamiento para ellos. Las tiendas tienen que jugar con unas nuevas normas y las marcas tienen que moverse en un escenario que es completamente diferente al que tenían en un principio. Las cosas se han convertido en algo muy distinto, algo que marcas y consumidores tienen que tener muy presente.
¿Qué es lo que ha empujado a los consumidores en brazos del ecommerce? Cada uno tiene su propia historia de por qué y cómo empezó a comprar online, pero lo cierto es que, si se analizan todas esas historias y todos esos testimonios, se pueden encontrar ciertas líneas maestras que explican este boom del ecommerce.
Una de las grandes bazas del comercio electrónico y unas de las razones que lleva a muchos compradores a hacer sus compras a través del mismo está en la facilidad de la compra. Uno puede simplemente tener lo que quiere y busca con un par de clics y, en ocasiones (gracias a sistemas de compra más fáciles), con un único clic. El consumidor puede hacerlo sin salir de casa y en el momento que quiera o le apetezca, lo que añade un plus de comodidad.
Una de las principales barreras de entrada que tenía el comercio electrónico estaba en el temor que los consumidores tenían a comprar online. Había cierta lógica en ello y no era difícil comprender por qué ocurría esto. Los consumidores no podían ver de forma tangible los productos, tenían que esperar a recibirlos y además tenían que dar al vendedor información bancaria sensible. Comprar online tenía un tanto de riesgo y obligaba a los compradores no solo a salir de su zona de confort, sino también a modificar sus hábitos y a probar algo completamente nuevo.
Sin embargo, esto ha cambiado y ha apuntalado el éxito del comercio electrónico. Cada vez los consumidores se sienten más cómodos comprando online y han normalizado más el proceso. Según un reciente estudio de Showroomprive y el Sello Confianza Online sobre los hábitos de compra online de los españoles, el 70% de los encuestados afirma haber comprado mucho más en la red durante 2016 de lo que compró el año precedente. Quizás esto se pueda explicar porque los consumidores confían cada vez más en el comercio electrónico. Según los datos del estudio, un 61% de los encuestados asegura que tiene un grado de confianza alto o muy alto en el ecommerce.
Además de lograr hacerse con la confianza de los consumidores cada vez más, lo cierto es que las tiendas online están jugando con otras bazas a mayores para posicionarse ante los compradores. Uno de los problemas que tenía el ecommerce es que no podía batir la rapidez de comprar en tienda. Cuando se compra en una tienda física, el producto se recibe en el momento exacto de comprar. Uno se lleva el producto a casa, algo que no ocurre en el comercio electrónico, donde hay que esperar a que esa compra llegue.
Esto se ha convertido en un problema mucho menos relevante en los últimos tiempos porque las compañías de comercio electrónico se han enzarzado en una carrera para reducir los tiempos. Las cosas ocurren cada vez más y más rápido en el comercio electrónico, lo que hace que todo vaya mucho más deprisa y que, por tanto, los consumidores tengan cada vez menores tiempos de espera a la hora de recibir sus compras. De hecho, en algunos mercados y en algunos escenarios, el tiempo es ya de solo una hora, lo que hace que las cosas vayan mucho más aceleradas y que la experiencia de comprar online sea mucho más positiva.
Y, por otra parte, quizás las tiendas online están logrando conectar con el consumidor de un modo tan positivo porque están siendo quienes mejor están comprendiendo cómo está cambiando el consumidor, haciéndolo de una manera mucho más completa de lo que lo está haciendo el retail tradicional. Mientras las tiendas están aún comprendiendo cómo son los nuevos consumidores y están todavía asimilando que el consumo es cada vez más omnicanal y multicanal (los consumidores compran por cada vez más vías, el último punto, y lo hacen además de una forma cada vez más simultánea, el primero), el ecommerce pareció comprender ya hace mucho más tiempo al nuevo consumidor. Ellos son quienes mejor han logrado hacer ofertas muy de nicho y quienes mejor han conseguido comprender, por ejemplo, la importancia creciente de los dispositivos móviles en el consumo.
A todo ello hay que sumar que, en los tiempos que corren, los consumidores buscan cada vez más y más información mientras consumen. Quieren saberlo de los productos que compran y quieren poder acceder a un montón de datos. Los consumidores del presente quieren comparar precios, quieren leer opiniones de otros consumidores o quieren ver lo que ofrecen muchas tiendas en poco tiempo. Esto es algo que el ecommerce consigue y que las tiendas físicas no logran igualar fácilmente.