Por Redacción - 20 Febrero 2020
De vez en cuando, algún escritor o algún profesional relacionado con el mundo de la edición se queja en redes sociales de un comportamiento que no es extraño en GoodReads, la red social sobre libros que muchos lectores emplean como guía para decidir sus próximas lecturas.
Un libro que aparece como de próxima publicación, pero que todavía no ha sido publicado o no ha llegado a los críticos galeradas mediante, tiene un número considerable ya de estrellas únicas, el mínimo de puntuación que se puede dar en la plataforma. Las estrellas demuestran que las críticas de los libros y las reviews que se les otorgan no son sinceras. Al fin y al cabo, ¿cómo saben los perfiles que están votando que el libro va a ser tan malo como para merecer la puntuación mínima?
La cuestión es un poco más complicada, porque algunos usuarios de la plataforma usan la votación de una estrella como código interno para marcar aquellos libros que quieren leer o que tienen pendientes, pero dice mucho sobre la presión de las opiniones sobre los productos y sus responsables y también sobre el poder que pueden tener los comentarios que no son en realidad legítimos.
Los comentarios fakes han sido una constante desde que internet ha hecho que las opiniones de los demás se hayan convertido en una pieza determinante de nuestras decisiones de consumo.
Para algunos, como han demostrado los vendedores que se han encaramado en las mejores posiciones de Amazon, son una estrategia muy eficiente de hacer negocios. Las guerras de comentarios en Amazon no son tan raras y, como demostraba una investigación hace unos meses, han logrado desplazar a vendedores favoreciendo a quienes se habían posicionado usando los comentarios como palanca.
Aunque Amazon y otras plataformas luchan desde años contra este tipo de comentarios y han implementado herramientas para frenarlos (desde añadir señales que confirman que ese consumidor ha comprado lo que dice hasta iniciar campañas judiciales contra las infraestructuras de comentarios falsos), las opiniones fake se han convertido en una amenaza para las marcas y en un problema para las empresas de internet.
Los datos que arrojaban diferentes historias y análisis han ido dejando claro que las opiniones falsas estaban dañando ya a las marcas y que sus efectos no se limitaban solo a Amazon. Ya existe, por ejemplo, una infraestructura de falsos comentarios en Google Maps. Un 40% de los consumidores reconoce que si en la compra de un producto ha sido engañado por comentarios falsos no comprará a esa marca más ni tampoco en la plataforma que lo ha permitido.
Amazon acaba de hacer un ajuste en cómo publica las opiniones y cómo esto impacta en el flujo de reviews. El gigante del ecommerce ha simplificado el proceso de votación, haciendo que se pueda dar una valoración en estrellas en un solo clic. Esto ha hecho que, desde que se puso en marcha a finales de 2019, los consumidores hayan empezado a dejar más valoraciones.
Con ello, tienen un activo más poderoso que otros competidores pero también, como señalan fuentes de la industria a Recode, logran generar más datos reales y ahogar las opiniones falsas. No lograrán que los comentarios falsos desaparezcan, pero sí que sea más complicado que logren llegar al consumidor. Se quedarán perdidas en un flujo mucho mayor de contenido. Y, como añade un experto, al existir más opiniones y valoraciones la cantidad de datos es mayor y las opiniones medias finales más ajustadas a la realidad.
Además, y dado que solo se puede acceder a la valoración en un clic después de comprar, para los creadores de opiniones falsas será mucho más complicado llenarlas de spam. No todo es perfecto, eso sí, porque las estrellas son mucho menos valiosas en términos de opinión y guía de consumo que los comentarios.