Por Redacción - 24 Febrero 2021
La crisis del coronavirus encerró a los consumidores en sus casas y, mientras se quedaban en ellas atrapados, buscaron en la red muchos elementos que antes encontraban fuera de ella. Así, por ejemplo, durante estos meses internet se convirtió en la puerta de acceso al entretenimiento y a los contenidos, como demostró el boom de plataformas como Netflix.
No solo eso: también fue el espacio al que más se recurrió para cerrar compras. Los consumidores se encontraron con que no podían comprar ciertos productos fuera de la red (en muchos países solo el comercio esencial estaba abierto) o que directamente preferían no hacerlo. El comercio electrónico vivió un pico de interés, pico que no ha decaído a medida que pasan los meses.
Este boom del ecommerce no ha llegado solo con más ventas y con el crecimiento abrumador de ciertos gigantes de las ventas en la red, sino también con el desarrollo y positiva recepción de ciertos comportamientos y formatos que hasta ahora no tenían tanto recorrido o directamente no existían.
Ahí está el boom del social commerce, durante años renqueante y sin que los analistas pudiesen determinar muy bien qué sería y cómo triunfaría. Durante la crisis del coronavirus, todo tipo de compañías, y muy especialmente las pymes, se lanzaron a vender usándolas como plataforma.
Además, también aparecieron nuevos formatos y nuevas herramientas de posicionamiento de ventas. El live commerce o live shopping empezó en China durante su proceso de confinamiento, pero acabó convirtiéndose en una de las tendencias emergentes que los analistas veían con potencial global. Solo en EEUU, se espera que el formato mueva 25.000 millones de dólares hacia 2023.
Algunas grandes marcas, como Tommy Hilfiger, ya han lanzado acciones de ventas de este estilo. La idea es la de cruzar ecommerce con streaming y el consumidor puede ver un contenido en vídeo en directo en el que le venden cosas. Es, casi se podría decir, una versión glorificada de la teletienda.
La evolución del formato es el shoppertainment, una mezcla entre compras, streaming y entretenimiento. Todo es más memorable, más experiencial y más participativo. Los consumidores son captados y atrapados echando mano de eventos interactivos de todo tipo, desde juegos a directos. Según AliExpress, el modelo está, además, listo para llegar a Europa.
Por supuesto, esta preparación para aceptar de buen grado el nuevo formato está muy vinculada a la pandemia. Como recogen en Warc, los consumidores europeos están mucho más receptivos a nuevas formas de compras y a nuevos escenarios online gracias a todos los cambios que las vivencias del último año han impulsado. Dos tercios de los consumidores franceses, polacos, británicos y españoles reconocen que están comprando más online.
Un porcentaje parecido apunta que es receptivo a la idea del shoppertainment. Sectores como la electrónica, la moda o los cosméticos son los que tienen el mayor poder de atracción para que los consumidores acepten este tipo de contenidos de venta.
Entre los consumidores que están siempre conectados, una minoría muy online, el potencial es mucho mayor, ya que esos perfiles ya están accediendo a este tipo de contenidos y experiencias.