
Se acerca el momento por excelencia de las grandes compras online, el Black Friday, este año como novedad viene acompañado por una euforia de normalidad que se traducirá en un incremento en las ventas superior al de otros años. Y aunque sabemos que el reto no solo consiste en aumentar cuota sino fidelizar al cliente, ya que, para muchos el Black Friday fue su primera oportunidad de comprar online y en la actualidad la frecuencia de compra por este medio ha aumentado más de un 20% con respecto a 2020 según avala uno de los últimos informes de IDC.
Las grandes superficies, marcas de reconocido prestigio y también el comercio local, muy transformado por la pandemia, empiezan sus preparativos para afrontar este periodo de consumo online prenavideño que ya no dura únicamente un día, sino que se alarga prácticamente toda una semana e incluso dos.
Muchos pensarán que con poner el cartel de "Black Friday" está todo hecho, con grandes ofertas y promociones los pedidos online llegarán por sí solos. Y puede que sea así. Sin embargo, el consumidor ha cambiado. Ahora es mucho más consciente y su experiencia será decisiva para transformar una compra única en una relación duradera.
Por otra parte, ante la avalancha de ofertas, que ya sabemos que van a abrumar a los consumidores, la diferenciación vuelve a ser clave. Entrenar y desarrollar todas las habilidades y herramientas debe ser la nueva prioridad de las empresas si quieren destacar por encima de su competencia. Por estas dos razones, la experiencia de cliente debe convertirse en arte en el Black Friday de este año.
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