Existen mil y una formas de abordar un nuevo escrito que defina, profundice, analice, prospeccione, vaticine, augure muertes, resucitaciones cardiopulmonares o canonice el posicionamiento en buscadores (también expresado como SEO, siglas de Search Engine Optimization u Optimización para Motores de Búsqueda). O quizás dos mil. Pero, escucha, se trata de una labor penosamente ardua y difícilmente justificable; si los resultados que arrojan las páginas de búsqueda son, por definición, algo en constante evolución, ¿qué sentido tendría constreñir su naturaleza a una única voz, a un único escrito y a una única definición?
Puede que quienes olviden que la hipertextualidad es el sustrato fundamental sobre el que se asientan los cimientos de la Red, toda vez que un modelo de trabajo en relación con el posicionamiento en buscadores queda obsoleto, abandonen todas sus posesiones materiales, se dejen crecer la barba y marchen a pregonar en el desierto cibernético ? y ante los pocos que dan pábulo a sus diatribas ? que «¡el SEO ha muerto!». Resultan francamente cansinos. Tanto como sus antagonistas, que desde los más insospechados púlpitos responden con vehemencia: «¡No ha muerto! ¡Está más vivo que nunca!». No vamos a hablar de eso, de hecho entono un sentido mea culpa por haber destinado casi doscientas palabras a pretender desmarcarme de semejantes posturas y terminar ¿dónde? En toda y en ninguna parte. Accede a cualquier motor de búsqueda ? a Google, a Bing, a Baidu si te manejas con el chino ? y consulta las cientos de miles de entradas, de voces más o menos autorizadas, más o menos experimentadas, que han desmenuzado con anterioridad cada una de las técnicas, procedimientos y moléculas que componen el posicionamiento en buscadores. Dicho y hecho. Por lo demás, nos toca andar por libre. Ya no hablaremos nunca más de SEO. Hablaremos de DESEO. Bofetada de realidad Nos perdimos en el camino. Conscientes de ello o no, lo cierto es que en la mayor parte de las ocasiones llegamos a perder el norte en nuestra brújula de objetivos. Le ha ocurrido al más pintado: sucumbir al erotismo fácil del ranking, a la aséptica sensualidad de un informe de posiciones ? sin justificaciones, sin dolorosas valoraciones más allá de un ROI cogido con pinzas y ondeando al viento de otoño en el tendedero del plan de marketing -. ¿Te has levantando una mañana y te has descubierto frente al espejo como un serial-killer de SERPs? Tranquilo, los psicoanalistas (y los fabricantes de divanes como mercado subsidiario) hacen su agosto con los gurús del marketing digital arrepentidos y en camino a la redención; actualmente, en relación a ello, circulan no pocos testimonios sinceramente emotivos: - Hola, me llamo John Doe (utilizamos un alias para proteger la intimidad del aludido, pero no dudes de la veracidad de su historia) y hace tres meses que no defino KPIs sin tener clara mi estrategia. - ¡Hola John! ¡Enhorabuena! ¡Bien hecho! ? corea al borde de la lágrima la caterva de otrora talibanes de la densidad y el anchor text diversity. En definitiva, nos encontramos en un punto que ? tirando de expresiones hechas ? podríamos calificar de «bofetada de realidad»; el marketing ha resultado una cebolla decapada cuyo seno albergaba el marketing digital y la carencia de sentido común esa tufarada que termina por hacer brotar lagrimones. Con usar buenas materias primas y saber cocinar, no se es el mejor cocinero: se debe conocer el gusto del invitado a la mesa. DESEO, Delivering Engagement though Search Engine Optimization El concepto subyacente en el DESEO, como tal, es el anhelo. Del anhelo satisfecho podrá surgir el compromiso. Y ese debe ser el leitmotiv que dirija nuestro DESEO (entendido como la entrega de compromiso a través de la optimización de motores de búsqueda ? Delivering Engagement though Search Engine Optimization -). Cuando la razón se impone, como una sacudida eléctrica directa al espinazo, resulta difícil abstraerse del concepto de DESEO. ¿Conozco de verdad a mi audiencia?, ¿tengo claro qué espera de mí? Y más aún, ¿tengo claro qué espero yo de mi audiencia? ¿Qué sentido ha tenido bregar en una lucha farragosa por hacer ondear nuestro pendón en lo más alto de una página de resultados de búsqueda si has excusado una tasa de conversión muy baja en el concepto de tráfico paracaidista? Con la dirección de contenidos adecuada, es posible dejar de preocuparte por la tasa de rebote, el índice de abandonos o el porcentaje de tráfico recurrente. Son indicadores del pasado; pertenecen al SEO. En el DESEO conoces a tu audiencia: los textos hablan su idioma, las imágenes reflejan su mundo; el DESEO nunca habla de visitas, habla de usuarios. Ten presente a tu público, explota sus intereses al máximo dentro y fuera de tu sitio web, sorpréndeles, cambia de forma: se textual, audiovisual, sé un mensaje corto, extiéndete, háblales dentro y fuera de tus fronteras, sé social y dirígete a cada uno en particular. - Hola, me llamo John Doe y hace tres meses que no me desvelan las caídas de posiciones. Hasta sueño con el provecho de mis usuarios. - ¡Hola John! ¡Enhorabuena! ¡Bien hecho!