Por Redacción - 1 Junio 2017
Si algo ha quedado claro en los últimos tiempos es que los internautas están cada vez más interesados en los contenidos en vídeo. El vídeo se ha convertido en uno de los elementos que mueve el crecimiento de la red y en uno de los que ha hecho que los medios tradicionales sufran. Los consumidores están dejando de ver la televisión porque han migrado esos hábitos a la red y han empezado a ver esos contenidos online y bajo demanda. Por otro lado, el vídeo se ha convertido en el elemento clave de crecimiento de cada vez más compañías y más servicios. Esto ha hecho que los contenidos audiovisuales se conviertan en el elemento clave del crecimiento de sites tan variados como Netflix, Facebook o YouTube.
Y para las empresas y las marcas esto se ha convertido también en una oportunidad. Los vídeos son una herramienta para intentar llegar a los consumidores y para intentar posicionarse con los mensajes que quieren lanzar. Teniendo en cuenta que los consumidores los reciben de un modo mucho más positivo de lo que reciben otro tipo de contenidos y que están mucho más abiertos a consumir ese tipo de mensajes de lo que lo están con otro tipo de elementos, a las marcas les interesa trabajar en ellos.
Pero que los consumidores estén abiertos a ver estos vídeos y que parezcan mucho más receptivos a este tipo de mensajes no quiere decir, necesariamente, que vayan a encontrarlos fácilmente. Que las marcas y las empresas suban esos contenidos a la red, no implica que ya estén abocados al éxito. Hay que hacer un trabajo a mayores.
De hecho, posiblemente todos hemos tenido la experiencia de buscar algo en YouTube y que no aparezca lo que queremos encontrar, que la manera más rápida de hacerlo sea vía un link que hemos encontrado en otro lugar o una búsqueda a través de Google. Quizás la cuestión esté en que las búsquedas en YouTube, como ocurre por ejemplo también en Facebook, aún tengan que mejorar mucho. O quizás la cuestión esté en que cuando se publican contenidos en la red de vídeos se olvida que hay que hacer una estrategia de posicionamiento diferente. YouTube también necesita que se haga SEO para ella.
Como apuntan en un análisis en Hubspot, a medida que YouTube se convierte en un elemento cada vez con más tirón entre las masas es más importante ser capaces de optimizar las búsquedas que en el mismo se realizan.
En realidad, al final, para posicionar el contenido hay que jugar con los mismos elementos que se juegan en otros escenarios, aunque con las normas y necesidades básicas de YouTube. ¿Cómo conectar con los consumidores en esta red? Según el análisis de Hubspot, sobre todo, es necesario trabajar en 7 terrenos clave.
Título
El título del vídeo tiene que ser lo más conciso posible y tiene que ser lo más equivalente posible a lo que el vídeo trata. El título es clave para posicionar las keywords que serán leídas a la hora de hacer búsquedas, pero además también es el comodín que hace que los usuarios visiten o no ese contenido. Lo primero que se ve es el título del vídeo y esto es lo que hace que se haga clic o no en el mismo. Como ocurre en otros escenarios, no hay que irse por las ramas en el título. Conciso también significa limitar el número de caracteres.
Descripción
Aunque el límite está en 1.000 caracteres, no es necesario usarlos todos. Como recuerdan en el análisis, el usuario viene a ver un vídeo y no a leer una historia. YouTube, de hecho, solo muestra los 100 caracteres primeros, lo que hace que ir más allá pueda perder al receptor. Solo lo mirará si le da a "leer más". Por tanto, hay que ser conciso y directo. Como ocurre en las búsquedas, también hay que usar keywords.
Etiquetas
Ayudan a que el receptor sepa de qué va el vídeo y se han convertido en algo que YouTube premia. Es lo que hace que el vídeo aparezca como relacionado con otros vídeos de la misma temática, lo que lo convierte en clave para lograr más reproducciones. Google, eso sí, penaliza que se usen mal las etiquetas: usar una que no tiene mucho que ver para lograr más reproducciones tendrá el efecto contrario.
Categoría
En esa línea también entra la categoría: en lo que mete al vídeo en su apartado y tiene que ser elegido con cuidado. "No es tan simple como parece", señalan en el análisis. Hay que pensar en qué domina cada categoría y si se siguen los mismos parámetros y temáticas antes de meterlo ahí.
Miniatura
Todos los vídeos tienen una imagen que es la que aparece asociada en el listado de resultados y que funciona, por así decirlo, como una suerte de carátula. Dejar que cualquier imagen se convierta en la miniatura asociada es un fallo garrafal, ya que aquí hay que meter el contenido por los ojos. El 90% de los vídeos que tienen los mejores resultados en YouTube tienen imágenes creadas de forma específica. Esto es, no son un frame cualquiera, sino una imagen trabajada previamente.
Subtítulos
Los subtítulos y los textos asociados al vídeo que se pueden reproducir de forma asociada al visionado no son simples servicios de valor añadido, sino que pueden funcionar como una herramienta clave para posicionar el contenido. Como apuntan en el análisis, puede ayudar a destacar las palabras clave y puede hacer que el buscador sea capaz de comprender mejor de qué va nuestro vídeo.
Pantallas de cierre y más contenido
YouTube permite añadir más información en el vídeo para promocionar y potenciar otros contenidos, el propio canal o la actividad de los espectadores, herramientas que deben ser usadas para crear más engagement. No es lo único que se puede usar y que genera buenos resultados. Los canales de vídeos más importantes están ya normalizando el uso de lo que en inglés se conoce como "end screens", pantallas finales. Cuando el vídeo llega al final no acaba en un simple fundido a negro, sino que aparece una imagen atractiva y una serie de opciones para ver más contenidos y para acceder a otros vídeos. De este modo, se logra que la actividad del receptor sea más amplia.