
Por Redacción - 13 Diciembre 2017
Cuando las redes socialesaparecieron en la ecuación y cuando los consumidores empezaron ausarlas en masa, se produjeron una serie de fenómenos encadenadosque hicieron que los responsables de marketing comenzasen acuestionar lo que habían hecho hasta ese momento. Las redes socialeseran una vía rápida y orgánica para conectar con los consumidoresy las páginas de empresa una manera vistosa y atractiva paraposicionar los mensajes y los contenidos que se querían lanzar. Paralos medios de comunicación de forma especial, las redes sociales seconvirtieron en una suerte de rincón de oro para captar a suslectores/visitantes. Facebook de forma especial se asentó como laprincipal fuente de tráfico para muchas cabeceras con tirón en elmundo de la red.
Todo este crecientepoderío de las redes sociales y todos los buenos resultados que seestaban consiguiendo empujaron a los medios y a los responsables demarketing digital a centrar sus esfuerzos en este terreno. Entre lasmuchas cosas que se dijo que las redes sociales habían asesinadoestaba el trabajo de los buscadores. Los visitantes llegaban víaredes sociales y estas, especialmente Facebook, era el crecienteescenario por el que apostar para conseguir tráfico de referencia.El SEO había muerto o estaba herido de forma decisiva.
Pero las cosas hancambiado. Por un lado, los cambios en los algoritmos que controlan loque se ve y lo que no se ve en las redes sociales han hecho que parapáginas de empresas, marcas y medios llegar al visitante sea cadavez más complicado. Por otro lado, el SEO no ha realmente muerto,sino que más bien ha cambiado. Ahora por ejemplo hay que trabajar enlo móvil o se ha abierto la puerta para el SEO a nivel local.
Y, por tanto, no es que elSEO haya desaparecido. De hecho, los últimos datos sobre tráfico dereferencia invitan directamente a recuperarlo. Facebook ha perdido labatalla contra Google.
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