Por Redacción - 11 Marzo 2020
Uno de los errores que las empresas cometen cuando están trabajando su posición en contenidos es el de pensar que una vez hecho habrán terminado con ello. Producido el contenido, lanzado al mundo y asentado en algún punto de la web de la compañía, ya se puede olvidar de ese trabajo. Lo cierto es que la realidad es mucho más complicada y las cosas son mucho menos limitadas en el tiempo. Crear un buen contenido y lanzarlo al mundo es una parte crucial del trabajo, cierto, pero no se termina ahí. El trabajo de posicionamiento nunca realmente termina.
Cuando una compañía hace un trabajo de SEO, necesita mantenerlo en el tiempo. No puedes apagarlo y no puedes darle vacaciones. El SEO debe convertirse en una constante, en algo que nunca está realmente terminado. Como explican en una columna en The Drum, el SEO es algo que no se puede ignorar. Es algo en lo que hay que hacer un trabajo constante y, partiendo de lo que han señalado en el análisis, se pueden establecer ciertas razones por las que esto es clave.
De entrada, seguir trabajando en este terreno es crucial porque siempre se necesita contenido nuevo. La estrategia de SEO reposa sobre una actualización constante y un flujo de contenidos recurrente.
Como bien saben los medios online, y como bien deberían aprender las empresas en su estrategia de contenidos, la clave para el éxito está en ser capaces de generar en todo momento contenidos no solo que funcionen en términos de conexión con la audiencia sino también que sean "frescos". De hecho, y como señalan en la columna de The Drum, el impacto de la actualización que Google lanzó hace unos años premiando que los contenidos fuesen recientes tuvo un efecto mucho más elevado que la que tuvo después Panda.
Esto implica crear nuevos contenidos, pero también optimizar los que ya se han publicado en el pasado. El contenido necesita seguir siendo relevante y continuar posicionándose como algo atrayente para los internautas.
Los contenidos que se han producido en el pasado pueden seguir teniendo una vida útil. El interés de Google por lo más reciente y los contenidos más frescos no tiene porque necesariamente acabar con ellos y con sus resultados, siempre que se sepa como mantener su eficiencia. Para las empresas, los contenidos publicados a lo largo de los años pueden ser una fuente constante de tráfico. Lo que las compañías deben hacer es actualizarlo y cuidarlo.
Hay que identificar ese contenido que está dando mejores resultados y mimarlo para que siga bien posicionado. Algunas compañías que lo han hecho han logrado, según datos del medio británico, aumentar el retorno en tráfico de esos contenidos en un 40%. Otras han llegado incluso al 75%. El crecimiento ocurre porque no solo Google lo premia, sino también porque los internautas lo reciben mejor. Lo ven como actualizado a los últimos datos.
Y para que este último punto funcione y para que en general los datos de SEO sean los mejores posibles no queda más remedio que hacer un trabajo constante de mejora y, por tanto, de auditoría de lo que se ha estado haciendo. Se necesita estar todo el tiempo haciendo un trabajo técnico de ver qué ocurre y qué se debe hacer para mejorar los datos. Reparar links rotos, mejorar tiempos de carga, optimizar para nuevos dispositivos o arreglar errores son acciones clave.