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Los nuevos consumidores no están siendo educados ni en sus hogares ni en los colegios

Muchos padres compran por el hecho de no escuchar sus reclamos o por compensar la ausencia en casa durante toda la semana
Administrador de empresas, especialista en Gerencia de Mercadeo. Trabajo en...

El consumo indiscriminado y el incremento de la población han sido dos de los principales factores de los cambios más significativos de las últimas décadas en cuanto al deterioro de nuestro planeta se refiere. Con el paso de los años hemos sido testigos silenciosos del avance de la contaminación de nuestras ciudades, la acumulación y manejo inadecuado de residuos y basuras, el exagerado consumismo, el abusivo uso de los recursos naturales y hasta de la reducción de salubridad en las personas debido a los altos índices de gases tóxicos en el aire que son perjudiciales para la vida humana, lo peor es que estamos consumiendo como si los recursos de la Tierra fueran infinitos y lo peor es que los niños y adolescentes han adoptado la misma mentalidad por lo cual su consumo ha comenzado a generar estragos y grandes cambios en la sociedad y en el deterioro del medio ambiente.

Los índices de abundante consumo en el mundo han cambiado. A pesar de que la tendencia del número de integrantes en una familia tenderá a bajar el 18% en regiones como América Latina según estudios de la consultora Euromotor International; Ahora bien, estos datos pueden resultar relevantes si se tiene en cuenta que el nivel de consumo de un grupo familiar promedio puede llegar a duplicarse por el impacto del consumismo y el manejo inadecuado del marketing por parte de las empresas.

Hace algunos años, 20 ó 25 años aproximadamente, el hecho de salir a un centro comercial de compras, salir a comer, visitar parques temáticos o centros de alta tecnología era algo que estaba fuera de todo contexto en la mente de las tradicionales y costumbristas familias colombianas. Recuerdo con gran nostalgia que se le daba más importancia a una reunión familiar o a una comida con las personas más allegadas y que no importaba que marca de zapatos trajeran puestos, que carro condujeran, o si el invitado comería alimentos bajos en grasa, sin calorías, light, deslactosado, instantáneo, descremado, sin conservantes, cero trans…

Si bien es cierto, eran épocas muy diferentes a las actuales donde lo relacionado con los hijos era aun más estricto ya que el niño o el adolescente aceptaba sin reclamos como regla general todo aquello que los padres le compraban, desde la ropa, los juguetes, los artículos escolares, zapatos, tenis, el corte de cabello, comida, etc. La gran pregunta podría ser: ¿Será que no se tomaba en cuenta la opinión y el gusto de los niños? o en el mejor de los casos los padres eran lo suficientemente conocedores de los gustos y preferencias de sus hijos como para saber exactamente que querían y como lo querían.

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