Por Redacción - 15 Enero 2024
No cabe duda de que actualmente, la juventud exhibe una marcada inclinación hacia el consumo audiovisual, manifestada en la práctica común de sostener y consultar dispositivos adicionales mientras disfrutan de sus programas favoritos en la televisión. Este comportamiento, lejos de ser una excepción, se ha convertido en una conducta generalizada entre los espectadores.
Diferentes estudios e investigaciones, respaldan la idea de que la mayoría de los jóvenes emplea simultáneamente otras pantallas, ya sea un teléfono, tableta u ordenador, mientras se sumergen en la experiencia televisiva. En España, un reciente estudio de Barlovento Comunicación reveló que un considerable 56,5% practica el "covisionado" utilizando el teléfono móvil "mientras ve la televisión". En Estados Unidos, una encuesta relacionada descubrió que el 40% prefiere ver aplicaciones, juegos y otros contenidos en sus dispositivos móviles mientras mira televisión, pero sobre todo durante pausas publicitarias o cuando se muestran anuncios que no pueden evitar.
Este fenómeno aunque no es algo nuevo pero si creciente, plantea una preocupante falta de atención hacia el contenido televisivo y como consecuencia sobre la efectividad de los impactos publicitarios que las marcas y anunciantes persiguen a través del medio televisivo. Según otro estudio británico, los espectadores revisan sus teléfonos hasta en 8 ocasiones durante un programa de 30 minutos. El miedo a perderse algo, conocido como FOMO (Fear of Missing Out), impulsa a muchos a sacrificar la experiencia completa de sus series favoritas para estar al tanto de lo que sucede en otras pantallas. Cuando el contenido televisivo corresponde a los bloques promocionales y anuncios, está atención derivada a los dispositivos móviles se acentúa drásticamente.
La convivencia entre diferentes pantallas podría aumentar en el futuro, especialmente entre los usuarios de televisiones conectadas, quienes, según un estudio, utilizan otros dispositivos un 21% más que aquellos sin este tipo de televisores. La generación Z, nacida entre 1997 y 2012, constituye una audiencia hiperconectada, dificultando la captación constante y consciente de su atención. El 72,5% de los espectadores de 18 a 24 años consulta su móvil, sugiriendo que esta tendencia continuará en la edad adulta. Además, el consumo de vídeo en Internet sigue en aumento exponencial cada año, lo que implica que los espectadores de televisión podrían estar prestando atención a diferentes contenidos simultáneamente.
Aunque algunas investigaciones sugieren que esta práctica puede tener beneficios al fomentar la interacción social a través de comentarios sobre programas de televisión, sus repercusiones en la industria audiovisual son notables, pero la falta de atención ante los contenidos publicitarios podría tirar por tierra muchos de los mitos y bondades que nos venden acerca de la efectividad de la publicidad televisiva.
Los anuncios tradicionales, diseñados para captar la atención exclusiva del espectador, experimentan una disminución de efectividad. Cuando los espectadores dividen su atención entre la televisión y otros dispositivos, es más probable que ignoren los anuncios, lo que plantea la pregunta crucial: ¿deberían crearse contenidos considerando este fenómeno?
La atención dividida parece ser una realidad permanente, y la industria audiovisual podría beneficiarse de investigaciones que analicen este fenómeno al producir contenidos. Jason Hellerman, guionista reconocido, ha sugerido que las plataformas de vídeo ahora prefieren historias que se puedan entender prestando solo la mitad de atención. Este enfoque se respalda en entrevistas con profesionales de la industria, como Justine Bateman, quien ha compartido experiencias de colegas que indican una demanda por contenidos que no distraigan demasiado a los espectadores de sus dispositivos móviles.
Para muchos expertos, es imperativa la necesidad de adaptar los anuncios a la nueva realidad. Las empresas de publicidad tendrán que adaptar sus anuncios a los hábitos donde convergen múltiples pantallas, lo que significa que los anuncios deberían ser mucho más cortos, más impactantes y más relevantes para el público objetivo. Lo que es evidente, es que la industria audiovisual se enfrenta a la paradoja de crear contenidos o mostrar anuncios, sin la certeza de que los espectadores ni siquiera los vea o no los vean en su totalidad. ¿Somos conscientes de que los dispositivos móviles nos hacen "estar sin estar" y de “ver y no ver”? La respuesta a esta pregunta podría determinar el rumbo futuro de la producción audiovisual y la publicidad.