Por Redacción - 17 Septiembre 2014
La relación de las marcas con los millennial no siempre es fácil, aunque los millennials sí tienen ciertas expectativas con respecto a ellas. Los consumidores más jóvenes están convencidos de que las marcas pueden hacer grandes cosas o que al menos tiene el potencial para ello.
Los millennials, también llamados Generación Y, son los nacidos entre los 80 y los primeros 90 y se han convertido en la masa de consumidores más amplia que ha llegado al mercado en las últimas décadas (de ahí el interés que despiertan en las empresas) aunque entenderlos es un ligero quebradero de cabeza para ellas. A diferencia de las generaciones anteriores, ellos valoran mucho más cuestiones intangibles y emocionales y esperan elementos totalmente diferentes de las compañías, los productos y hasta de sus puestos de trabajo, de ahí que su escala de valores para consumir una u otra marca poco o nada tenga que ver con lo que esperaban sus padres.
Aunque un 30% de los millennials es bastante cínico en su posición ante las marcas, según un estudio de Initiative sobre las posiciones de los millennials en el mercado británico, un porcentaje más elevado está convencido de que las empresas pueden ser otra cosa. El 58% de los encuestados asegura que las marcas se pueden convertir en algo bueno (y por algo bueno entiéndase algo más que una empresa o un producto creado para hacer caja). Las marcas pueden, por tanto, trabajar por el bien de la sociedad o por mejorar el entorno.
Estos elementos son determinantes de hecho en la decisión de compra para algunos de estos consumidores. El 54% de los millennials sería más leal a una marca con inquietudes sociales o ecológicas. Las cifras no hacen más que apoyar lo que han demostrado los hechos. Los consumidores de esta franja de edad están cada vez más preocupados por el origen de sus productos o el efecto que tienen en la sociedad.
Ahí están, por ejemplo, los Toms, una marca de zapatillas con gran éxito en América que cada vez que un consumidor compra un par de su calzado envía otro a un país en vías de desarrollo. Las grandes marcas también se han lanzado a esta tendencia, en un claro ejemplo de hacerse con este mercado. H&M, por ejemplo, cuenta con colecciones orgánicas y acaba de presentar su colección Conscious Denim, que llegará a tiendas a principios de octubre y que promete ser no solo más eficiente en su fabricación sino también más respetuosa en sus orígenes. La marca colaboró incluso con unos consultores españoles especializados en denim, Jeanologia, para conseguirlo.
la música.