Por Redacción - 20 Febrero 2015
Conocer las características, intereses y necesidades de los consumidores es un trabajo que inexorablemente va unido a las empresas. Sin embargo, estos rasgos cambian constantemente, de modo que deben estar atentas a dichas modificaciones. Es el caso del estereotipo con el que tradicionalmente se ha perfilado a las niñas, asociándolas con su gusto por el color rosa y su anhelo de convertirse en princesas o, al menos, parecerlo.
Sin embargo, los indicadores marcan un comportamiento diferente de las féminas y consumidoras del futuro. Así, los gustos tradicionales de estas que acabamos de citar, por poner solo dos ejemplos, se sitúan lejos de ser un atractivo para las menores de diez años. Un gusto que disminuye a medida que van creciendo y que alegrará los deseos de las feministas del mundo. Al menos, sus esfuerzos de décadas no están cayendo en saco roto.
Es lo que se desprende de una reciente investigación llevada a cabo por la agencia The Pineapple Lounge, que encuestó a más de 1.000 niñas del Reino Unido de entre 8 y 14 años, a las que se consultó sobre sus gustos, intereses y anhelos en torno a lo que quieren que las marcas sean para ellas.
Así, el estudio reveló que únicamente el 27% de las niñas de entre ocho y diez años no les gustaba ni el color rosa ni las princesas. Un dato que aumenta a medida que estas cumplen años. De hecho, la cifra trepó al 38% en los casos de las menores de entre once y doce años que no se identificaban con estos valores y un punto más entre las jóvenes de trece y catorce años de edad.
Y es que las consumidoras del futuro han cambiado la tradición por la innovación. Así, el 59% de ellas dijeron estar interesadas por los videojuegos y solo cuatro de cada diez reconocieron ser seguidoras de alguna celebrity. ¿Quién? Los resultados fueron sorprendentes en este sentido ya que volvieron a romper la identificación que el estereotipo sugería al inclinarse únicamente por la cantante Miley Cyrys como artista favorito en un 7% de los casos. Por el contrario, el 40% de ellas dijo preferir a la campeona olímpica Jessica Ennis-Hill.
El rol de las marcas
Para los responsables de la investigación estos resultados señalan que las empresas deben dejar de lado el estereotipo de las niñas, al vincularlas tradicionalmente a determinados productos y, por el contario, como sostuvo Emma Worrollo, directora general de la agencia, estudiar "otras indicaciones que las perfilen más allá de la imagen emocional".
En esta línea, las encuestadas señalaron que las marcas tenían una función clara para ellas: hacer que se diviertan. Así, el 44% de las respuestas señalaron que las marcas que les habían permitido ser ellas mismas les resultaban atractivas. Del mismo modo, un 39% señaló que eran propensas a involucrarse con aquellas compañías que les ofrecieran confianza y un 38% con las marcas que les habían pedido su opinión.
Juventud, maldito tesoro
Esta encuesta también mostró los cambios que experimentan el comportamiento y actitud de las niñas al pasar de la infancia a la juventud. Así, las encuestadas que atravesaban la pubertad mostraron una caída de su confianza con respecto a las empresas y a los anunciantes.
Pero no solo este indicador decreció a medida que las niñas cumplían años. De hecho, y mucho más significativas, fueron las respuestas relativas a los indicadores asociados con su situación personal. Así, el 62% de las niñas entre ocho y diez años dijo sentirse confiada sobre su futuro, un dato que cae al 55% en el caso de las adolescentes de trece y catorce años.
La misma caída tuvo lugar a la hora de preguntarlas por si se encontraban contentas con su actual vida, al pasar del 85% en el caso de las niñas más pequeñas, al 74% en los casos de adolescentes. Una tendencia que se repitió cuando se les pidió su valoración en torno a su sentimiento con respecto a los chicos. En este caso, las más pequeñas dijeron sentirse igual (73%) mientras que el dato cayó diez puntos en el caso de las jóvenes de trece y catorce años (63%).