Por Redacción - 4 Marzo 2015
Los millennials se han convertido en una de las fuerzas de consumo en el mercado actual. Las marcas quieren convertirlos en sus compradores, algo lógico teniendo que son la nueva masa de ciudadanos que se están incorporando al consumo y que tienen además una larga vida como consumidores por delante. Pero, aunque las marcas están muy interesadas en ellos, no siempre consiguen seducirlos. Los millennials son un mercado complicado, complejo, con gustos muy diferentes a los de las generaciones que van delante de ellos y que por tanto no siempre esperan de las compañías lo mismo que sus padres, abuelos o incluso hermanos mayores esperaban. ¿Qué quieren los millennials?
Esa es la gran pregunta que se hacen las empresas y esa es la que diferentes estudios han intentado resolver en los últimos años. La última en lanzarse a analizar a los millennials ha sido Goldman Sachs, que ha lanzado una serie de puntos, tal y como recoge The Washington Post, con lo que los miembros de la generación del Milenio están y no están interesados en consumir.
¿Qué quieren los millennials?
Aunque diferentes estudios demuestran que los consumidores de la generación del Milenio están muy preocupados por la calidad de los productos que compran (más de un 50% se muestra preocupado por la calidad en sus decisiones de compra), los miembros de este grupo demográfico también están preocupados por otro elemento muy relevante: el precio.
Los millennials están abocados a ello. Como recuerdan al hilo del estudio, las condiciones socioeconómicas en las que los miembros de esta generación han llegado a la edad adulta (y se han convertido en consumidores de pleno derecho) no hacen más que empujar hacia ese terreno. La crisis económica les ha puesto en un entorno difícil, en el que sus sueldos no son muy altos y sus gastos siguen siendo considerables. Les guste o no, los millennials están abocados a ahorrar.
Otro de los elementos que preocupa a los millennials y que se ha convertido en uno de los marcadores de sus hábitos de consumo es la salud. Quizás su preocupación y sus hábitos saludables son una respuesta a los hábitos de las generaciones precedentes. Ni la Generación X ni los baby boomers estaban inclinados hacia lo orgánico o el consumo saludable de forma tan generalizada (y de hecho son generaciones con problemas de sobrepeso) como lo están los millennials. Comer de forma adecuada es una de las cuestiones clave que los millennials ven como una forma de llevar una vida saludable y esto está ya afectando a desde las cuentas de resultados de las cadenas de comida rápida hasta a los supermercados.
Y quizás al hilo de esta preocupación por la salud viene el siguiente punto en el que los millennials se han lanzado al gasto: uno de los puntos en los que sí invierten es en cuestiones deportivas. La ropa de deporte tiene un amplio predicamento entre los millennials, que compran este tipo de productos. De hecho, el interés que los millennials tienen en este tipo de vestuario está teniendo un llamativo efecto sobre el sector retail, donde las marcas de siempre no están consiguiendo mantener sus ratios de venta.
Los millennials son, además, una generación social. Como recuerdan en el Post, para muchos son la "generación Facebook". Y sea lo que signifique eso, lo que sí está claro es que implica tener mucha más presencia en redes sociales y relacionarse con ellos a través de las mismas. Un 34% de los millennials asegura, de hecho, que miran con mejores ojos a una empresa si esta les habla a través de perfiles sociales.
¿Qué no quieren los millennials?
Uno de los elementos que marcaba la madurez y la entrada en la edad adulta en las generaciones previas era la posesión de una casa. Era una especie de rito de paso: llegada cierta edad había que comprarse una casa. Los millennials ya no lo ven así. Los miembros de esta generación no se sienten tan empujados a hacerse con una propiedad inmobiliaria. De hecho, un 30% no sienten de forma profunda que tener una casa sea algo importante y otro 30 no tienen planes de comprar una casa (ni de hacerlo en un futuro inmediato).
Y al hilo de esas cosas que marcan la entrada en la edad adulta, los consumidores millennial tampoco quieren un coche. Solo un 15% considera que tener un coche es extremadamente importante. El resto de los millennials quizás lo compren, quizás no, pero sin duda no lo consideran determinante para su existencia. Los miembros de la Generación del Milenio apuestan por el transporte público (al fin y al cabo es menos contaminante) y por nuevas fórmulas de transporte nacidas del boom de la sharing economy, la economía compartida, como puede ser el caso de los servicios de coche compartido. Y no hay que olvidar, además, que los millennials han puesto de moda la bicicleta.
Otra de las posesiones que los millennials no creen necesario tener es una televisión. Los miembros de esta generación se han acostumbrado a consumir los contenidos directamente en sus ordenadores (súmesele ahora smartphone/tableta para tener la visión completa) y con las condiciones que estos dispositivos suponen (VoD, crear por tanto los propios horarios, menos anuncios, etc).
Solo un 30% de los millennials encuestados considera que poseer una televisión es algo importante. Este dato se puede sumar a otros muchos estudios que han ido señalando en los últimos meses que los consumidores de esta franja de edad están abandonando - y más rápido de lo pensado - la televisión tradicional.
Aunque puede parecer simplemente una curiosidad, lo cierto es que este dato es mucho más importante que una simple reflexión graciosa. Los millennials tampoco quieren un bolso de lujo: el hacerse con uno de esos bolsos que volvían locos a los consumidores de generaciones anteriores no tiene para ellos el mínimo atractivo. La situación tiene toda su lógica, si se tiene en cuenta que son una generación abocada al ahorro y que no valora del mismo modo los bienes materiales. Pero es que, además, los millennials han cambiado lo que significa el lujo. El lujo ha dejado para ellos de ser la forma en la que se marca el estatus.