Por Redacción - 2 Enero 2018
Hace unos años, si sequería ser un moderno en lo que a comercio se refiere, había quecrear una tienda pop-up. Las tiendas pop-up eran la última moda, lonovedoso y lo sorprendente, porque era lo que hacían las marcasguays y también los gigantes de internet que en realidad no teníantiendas físicas y que con esto conseguían lograr un punto deencuentro con el consumidor. Por tanto, los pop-ups eran una cuestióncasi de vanguardia que hacían empresas punteras y firmas digitalesque querían un efímero cara a cara.
A eso se sumaba que no eracomplicado encontrar excusas y motivaciones para hacer una de estastiendas especiales. Una fecha señalada como podrían ser lasNavidades o el día de San Valentín podían servir para tener unaexcusa perfecta para lanzar uno de estos puntos de venta. A eso sesuma que el hecho de que la tienda sea efímera y los productostengan una duración a la venta limitada hace que las cosas seanmucho más atractivas para el consumidor, que quiere ir y consumirantes de que se acabe.
La tendencia dejó prontode estar solo en manos de las grandes compañías y de las marcaspunteras y, rápidamente, se convirtió en un elemento casi comodín.Todo el mundo estaba haciendo tiendas pop-up y el concepto seaprovechó para todo y en todo momento. Lo hacían desde las grandesa las pequeñas, desde las marcas glamurosas hasta las que no lo erantanto. Y, cuando la tendencia se convierte en tan mainstream, elelemento en cuestión puede perder el atractivo y puede dejar detener tirón. ¿Ha hecho el uso recurrente que las tiendas pop-up sehayan quemado?
A tenor de lo que algunosanalistas meten en las lista de tendencias en retail para el año quese avecina, las cosas no está tan complicadas para las tiendaspop-up. Una experiencia más personal y centrada en lo que unoquiere, la aparición con fuerza del voice shopping, el uso detecnologías como la realidad aumentada o la mayor diversidad entrabajadores en el punto de venta son cuatro de las grandestendenciaspara el retail en el año entrante que ven los expertos en AdWeek,junto con las tiendas pop-up.
Según los analistas, lastiendas pop-up seguirán apareciendo de forma masiva y lo haránademás en aquellos entornos en los que se mueven los consumidores.Por ejemplo, el futuro puede traer una tienda pop-up en redessociales, si los consumidores están ahí y pueden querer comprar enese entorno. En vez de limitarse al entorno de venta que ya tienen,las tiendas, las marcas y las empresas buscarán oportunidadesespeciales y temporales allá donde estas estén.
Las previsiones de estosexpertos están además en línea con los resultados de algunosestudiosque se han realizado ya sobre el tema. Por ejemplo, algunasestimaciones valoran el mercado de las tiendas pop-up y solo en EEUUen 50.000 millones de dólares. A eso se suma que no solo hay mástiendas pop-up, sino también de más variedad. A veces son tiendasdentro de la tienda, a veces espacios fuera de la misma y deexistencia efímera y otras ocupaciones temporales de espaciosvacíos.
La cuestión es natendencia de mercado, que permite - como apuntanalgunos analistas - que las marcas y empresas puedan entablarconversaciones sobre cuestiones específicas. Es, por ejemplo, lo quehizo Google cuando lanzó una tienda pop-up de dulces parapromocionar sus altavoces inteligentes. También puede ayudar acambiar el de qué y cómo se habla, haciendo que un elemento tome depronto más protagonismo. Las compañías también usan las tiendasefímeras para testar las aguas en ubicaciones y en ventas deproductos.