Por Redacción - 21 Enero 2019
Desde primera hora de la mañana, el Blue Monday es trending topic en Twitter en España. Los medios han publicado ya desde el primer momento una larga lista de contenidos, desde los más buenrrollistas de antídotos a los que explican - un año más - por qué este es el día más triste del año pasando por los que recuerdan que todo es una estrategia de marketing y que la jornada está basada en un cierto humo. A pesar de ello, el Blue Monday será uno de esos temas del día, que posiblemente acabará también en los telediarios y otros medios de siempre, y que se guardará en el cajón de las noticias de todos los años a la espera de que llegue el Blue Monday de 2020 cuando se termine de sacarle partido a este.
Y sí, el Blue Monday es un invento del marketing. Hace unos años, un investigador de la Universidad de Cardiff creó una fórmula para seleccionar el día más deprimente del año. Era un lunes de enero en el que la resaca de la Navidad, los gastos acumulados y el que el salario de enero aún estaba demasiado lejos nos iba a hacer sentir especialmente miserables. El trabajo del investigador era, eso sí, una conclusión "de encargo".
Detrás de todo estaba una agencia de comunicación, Porter Novelli, que estaba haciendo una campaña para una cadena de televisión sobre viajes cuya comunicación gestionaba, Sky Travel. La campaña fue un éxito, por supuesto. A los medios les entusiasmó el contenido y el Blue Monday fue un tema del momento. Lo fue en 2005, pero lo ha seguido siendo desde entonces. No hace falta que los medios recibamos una nota de prensa recordando la iniciativa. Ya nos acordamos de ella y ya le sacamos partido en muchísimos contenidos.
Cada año que pasa, de hecho, el Blue Monday es más y más popular y logra despertar más y más interés entre los consumidores. Solo hay que ver la gráfica de Google Trends y como cada año los picos de interés son más elevados para comprenderlo. El día ha entrado ya en la cultura popular y se ha convertido en un momento destacado del calendario.
Pero ¿por qué el Blue Monday triunfó mucho más que otras campañas? ¿Por qué una nota de prensa y un estudio más o menos interesante lograron asentarse de un modo tan claro y llegar de una forma tan notable a medios y consumidores? Lo cierto es que se podría decir que el Blue Monday sumó todos los ingredientes clave para lograr triunfar, para no solo llamar la atención de los medios sino también para conectar con los consumidores.
El primer elemento que explica el éxito que ha tenido el Blue Monday es el punto de la ciencia. No se trata simplemente de que hayan decidido que ese día sea la jornada dedicada a este tema y a estos contenidos, sino que lo han presentado de una manera científica y con el respaldo de una investigación. Poco importa que la investigación pueda ser de pacotilla o que la universidad a la que estaba vinculada el experto ya haya dejado claro en ocasiones que esto es cosa suya y no de ellos, porque para la prensa primero y para los consumidores después ha sido suficiente. El día venía con el sello de garantía de lo científico.
Cuando algo viene apoyado por la ciencia o por un científico, la recepción que le damos es ya de entrada mucho más positiva. Es decir, lo aceptamos ya más como una verdad. Los periodistas lo ven más como una noticia, aunque en realidad sea una nota de prensa más como cualquier otra.
Pero no solo funcionó porque la ciencia le diese su apoyo en cierta manera y que por tanto nos pareciese mucho más factible, sino también por la propia esencia del día. A pesar de lo que pueda parecer, la base de lo que se está narrando es buenrrollista.
No es un día contra nadie (más allá que los lunes, pero ahí el consenso cultural está de acuerdo en que son los peores días de la semana) ni tampoco vinculados a algo que se vea trágico (como una enfermedad). Es un día curioso, que hace ver con más alegría lo que viene detrás. Y eso ayuda a que se hable de ello en los medios y que los consumidores lo reciban de buenas maneras.
Y, sobre todo, el día triunfó por algo crucial. Es una jornada con la que todo el mundo se puede identificar, que apela a los principios básicos y a las realidades comunes de los ciudadanos-consumidores. En un día gris como puede ser un lunes de enero, es muy fácil sentir que el Blue Monday le está hablando a uno mismo.