Por Redacción - 20 Mayo 2019
Si se piensa en Disney, es posible que lo primero en lo que se piense sea en Mickey Mouse, en Elsa la de Frozen o en algún otro contenido destinado a los niños. Disney es una marca que asociamos con la infancia, muchas veces todavía con la propia, y con los productos para ese nicho de mercado. Pero ¿es Disney un imperio para niños?
Lo cierto es que no, no lo es. No se trata ya solo de que Disney sea en realidad un emporio que ha acumulado bajo su poder muchísimas marcas o que en sus últimos movimientos de negocio, como su apuesta por el VoD con Disney +, el público objetivo sea muy amplio, sino también que con sus marcas clave intenta llegar a mercados adultos.
Incluso Mickey Mouse, su producto posiblemente más reconocible, está ahí y tiene el valor que tiene gracias a su poder entre el público adulto. Mickey Mouse es una marca valorada en unos 3.000 millones de dólares y su valoración viene del tirón que tiene entre los adultos. Disney vende productos de Mickey asociándose con empresas de lujo, con compañías muy de nicho en el mercado adulto o con aquellas que fabrican productos que ningún niño querría (como por ejemplo Moleskine). Para los consumidores adultos, Mickey está asociado a su infancia y a los recuerdos felices de ese período, cierto, pero si lo consumen ahora es porque la compañía ha hecho un trabajo de posicionamiento específico para ellos.
El interés por el mercado de los adultos es obvio: ellos son quienes tienen dinero y ellos son quienes permiten ampliar el mercado de forma masiva. La cantidad de cosas que se pueden vender en el mercado infantil son limitadas. Las que se pueden distribuir entre los adultos no tanto. Por tanto, no sorprende descubrir que muchos movimientos del emporio Disney usan sus marcas más reconocidas para llegar a ese nicho de mercado. Es también lo que hace con Star Wars.
De hecho, el último gran lanzamiento en entretenimiento de Disney es un parque temático, pero uno que no va a por el mercado infantil. Como explican en un análisis de Bloomberg, Disney va a abrir este mes su nuevo parque, Galaxys Edge, centrado en el universo Star Wars y con él quiere llegar a los tíos de cierta edad como apuntan en el análisis.
No es el mundo colores pastel de Disneylandia, sino un espacio en el que hay actividades para adultos y se vende alcohol. Uno de los visitantes que irá en su fin de semana de apertura y con el que ha hablado el medio estadounidense puede servir de baremo de lo que este parque ofrece y de lo que se van a gastar esos consumidores: la noche en un hotel del parque para dos personas le ha salido a 800 dólares (sí, algo más de 700 euros) y las entradas y la estancia no serán sus únicos gastos, ya que espera comprarse espadas láser, recuerditos y robots DIY. Se va a gastar el mismo presupuesto en un fin de semana en ese parque de atracciones que el que se gastó en una semana en Irlanda en las vacaciones del año anterior.
Esa es la razón por la que Disney quiere llegar al público adulto y por la que está creando espacios en los que sus marcas estén orientadas a ellos y no a los niños. Los fans de más edad no solo tienen más poder adquisitivo que las jóvenes parejas con niños a las que intentan capturar en sus parques Disney, sino que de media gastan mucho más. De hecho, incluso en sus parques de atracciones clásicos los niños ya no son el único nicho a fichar.
En los últimos años han sumado atracciones y acciones/eventos que están pensados para adultos. Con ello buscan llegar a nuevas demografías (por ejemplo, los padres con hijos adultos que han dejado el nido) y también lograr afluencia de público fuera de las vacaciones escolares.
Los datos de turismo de Anheim, la ciudad de California en la que tienen su parque Disney y en la que abre el espacio Star Wars, han cambiado en los últimos años. Ahora, más de la mitad de sus turistas son adultos que viajan sin niños. Cinco años atrás, las familias eran mayoría.