Por Redacción - 15 Diciembre 2020
Año tras año, durante las primeras semanas de diciembre, Pantone adelanta cuál será el color del año para el año siguiente. El anuncio es una de esas noticias feel good y curiosas que tienen un cierto eco, pero sobre todo es - y aquí es lo que nos interesa - una ventana para comprender el estado anímico de los consumidores y para adelantarse a sus expectativas.
El color del año funcionó hace una década como un termómetro de las percepciones de los consumidores con respecto a la crisis económica y sus consecuencias y, sobre todo, como una guía de sus emociones vinculadas. Algo similar ocurre este año con la crisis del coronavirus, las emociones y lo que dicen los colores.
Y, finalmente y de un modo más pragmático, el color del año le dice a los responsables de diseño de las empresas los tonos que verán por todas partes y los colores que serán omnipresentes en los productos que llegan al mercado.
Este año, Pantone ha elegido dos colores del año, bastante asépticos y no muy rompedores. Son el Pantone 17-5104, un tono de gris, y el 13-0647, un amarillo llamado iluminador. Se trata, según Pantone, de un "matrimonio de color que transmite un mensaje de fortaleza y esperanza".
Todo es, por tanto, muy post-pandemia friendly. Los colores funcionan mejor juntos y, según explican en la presentación del color del año, esto subraya la importancia de cómo las cosas distintas pueden unirse y lograr los mejores resultados.
"Es la historia de un color que encapsula los más profundos sentimientos de consideración con la promesa de algo soleado y amistoso", se lee en la presentación de la compañía. El por qué han escogido estos tonos está bastante claro. Los ciudadanos buscan elementos que les den fortaleza y quieren que se les transmita "energía, claridad y esperanza".
Los dos tonos funcionan a esos niveles. Son tonos prácticos y "sólidos" que de forma conjunta ofrecen algo cálido y optimista. Los colores son una suerte de mantita protectora: los consumidores quieren que el color funcione como una especie de abrazo que les haga sentir que se avecina algo mucho mejor.
El estudio de Pantone no es el único que ha apuntado la dirección que seguirá el color durante el año que viene.
Otro análisis, este de Shutterstock, ha identificado las tendencias de color emergentes para el año que viene. En su caso, su Color Trends report, ha identificado aquellos colores que han visto un crecimiento en su actividad. Esto es, son los colores que están más presentes en las descargas. Para determinarlo han estudiado píxel a píxel y determinado cuáles son los tonos emergentes a nivel global.
Los tonos que han determinado son muy similares a la gama cromática que ha apuntado Pantone. Son un color champaña, un dorado y un tono de verde. El champaña (Set Sail Champagne) es un color orgánico y suave, que suele ir acompañado con tonos azules o verdes (como el otro color del año).
El dorado fortuna es cálido y profundo, vinculado a la felicidad y a las "coincidencias felices". Es también un color conectado a las luces doradas del sol y a las hojas del otoño. Finalmente, el tono de verde es uno a medio camino con el azul. Es el verde marea, un tono natural (como su nombre bien indica) que funciona especialmente cuando se cruza con otros colores.
Incluso cuando se pone el foco de forma concreta en algunos países (Shutterstock lo hizo y el tono de España es el que aparece en la imagen), los tonos destacados siguen estando muy vinculados con los colores de esas paletas.
