Por Redacción - 15 Marzo 2023
La publicidad subliminal es aquella que se presenta a nivel subconsciente, es decir, que se muestra por debajo del umbral de percepción consciente. Es decir, la persona no se da cuenta de que está recibiendo el mensaje publicitario.
Existen estudios en el campo del neuromarketing que sugieren que la publicidad subliminal puede tener efectos en nuestro cerebro y en nuestras decisiones de compra. Se ha demostrado que la exposición a mensajes publicitarios subliminales puede afectar nuestra percepción y preferencias, así como nuestra memoria, aunque la magnitud y la duración de estos efectos son objeto de debate. Por ejemplo, se encontró que las personas expuestas a mensajes subliminales que sugerían sed y saciedad mostraron una mayor preferencia por las bebidas dulces en comparación con las bebidas saladas.
Algunas investigaciones han sugerido que la publicidad subliminal puede afectar a nuestra toma de decisiones, por ejemplo, influir en la elección de productos o marcas específicas, aunque otros estudios han cuestionado estos hallazgos. Además, la publicidad subliminal ha sido objeto de controversia debido a las preocupaciones éticas que plantea, ya que los mensajes publicitarios pueden manipular nuestra conducta sin que nos demos cuenta.
La ética de la publicidad subliminal es un tema muy debatido. Muchas personas argumentan que la publicidad subliminal es una forma de manipulación y engaño, ya que se presenta sin el conocimiento consciente del consumidor. Por esta razón, algunos consideran que la publicidad subliminal es inmoral y no debería ser utilizada. Además, la publicidad subliminal puede ser peligrosa si se utiliza para influir en el comportamiento del consumidor de una manera que podría dañar su salud o seguridad. Por ejemplo, la publicidad subliminal que promueve el tabaco o el alcohol podría ser perjudicial para la salud de las personas.
Por otro lado, otros argumentan que la publicidad subliminal es simplemente una técnica de marketing y que no es inherentemente inmoral. Sin embargo, aunque la legalidad de la publicidad subliminal depende del país, sí existe un amplio consenso ético en que los anuncios publicitarios deberían ser transparentes y no deberían tratar de engañar al consumidor.
En algunos lugares, la publicidad subliminal está prohibida, mientras que en otros es legal. Por ejemplo, en Estados Unidos, la Comisión Federal de Comercio (FTC) ha establecido regulaciones que prohíben el uso de publicidad subliminal en la radio y la televisión. La ley de publicidad engañosa de la FTC establece que toda publicidad debe ser "clara, precisa y veraz". En España, la Ley General de Publicidad establece que la publicidad subliminal está prohibida y la considera una práctica publicitaria desleal. La ley define la publicidad subliminal como cualquier forma de comunicación publicitaria que se presenta de manera tal que no pueda ser percibida conscientemente por el receptor, pero que influye en su comportamiento de manera significativa.
Aunque la publicidad subliminal sea legal en algunos lugares, sigue siendo objeto de debate y controversia debido a las preocupaciones éticas que plantea. Además, la mayoría de los anunciantes y las empresas optan por no utilizar la publicidad subliminal debido a la posible reacción negativa del público y la falta de efectividad comprobada.
A pesar de que publicidad subliminal es una técnica publicitaria controvertida, en el pasado ha habido algunas marcas y empresas que han sido acusadas de utilizar la publicidad subliminal en sus campañas publicitarias. El primer caso conocido de publicidad subliminal se remonta a la década de 1950 en Estados Unidos, cuando un investigador llamado James Vicary afirmó haber utilizado mensajes subliminales en una sala de cine para aumentar las ventas de refrescos y palomitas de maíz. Según Vicary, durante una proyección en un cine, intercaló mensajes como "Beba Coca-Cola" y "Coma palomitas" en la película, a una velocidad tan rápida que los espectadores no podían percibirlos conscientemente. Según sus afirmaciones, este experimento resultó en un aumento significativo en las ventas de refrescos y palomitas de maíz. Además, en 1962, Vicary admitió que había inventado la historia para promocionar su negocio de investigación de mercado.
En 1974, Coca-Cola fue acusada de utilizar imágenes subliminales en sus anuncios de televisión. Se afirmó que la palabra "sex" se podía ver parpadeando en la pantalla durante una fracción de segundo en uno de los anuncios. De igual forma, compañías como Marlboro, también fueron acusadas de utilizar imágenes subliminales en sus anuncios de cigarrillos. Más curioso fue el caso de Disney en 1957, donde se acusaba a la compañía de utilizar imágenes subliminales en su película "Los Tres Caballeros". En una escena, se afirmó que se podía ver la imagen de una mujer desnuda durante una fracción de segundo. En 2011, la cadena de comida rápida KFC fue acusada de utilizar publicidad subliminal en un anuncio televisivo en el Reino Unido. La Advertising Standards Authority, el organismo regulador de la publicidad en el Reino Unido, investigó el anuncio y concluyó que no había evidencia de publicidad subliminal.
La publicidad subliminal se relaciona con el sexo con frecuencia porque el sexo es un tema que a menudo atrae la atención y el interés de las personas, y se asocia con emociones fuertes y respuestas emocionales. Al presentar imágenes o mensajes relacionados con la sexualidad de manera subliminal, se puede crear una conexión subconsciente entre el producto y los deseos sexuales, lo que puede influir en el comportamiento de compra.
La idea de que la presentación subliminal de imágenes o mensajes relacionados con la sexualidad pueda crear una conexión subconsciente entre un producto y los deseos sexuales ha sido ampliamente debatida por expertos en el campo de la psicología y la publicidad. Por ejemplo, algunos estudios han demostrado que la publicidad sexualmente sugestiva puede aumentar la atención y la memoria del consumidor en relación con la marca, pero esto no necesariamente se traduce en un aumento en la intención de compra o en el comportamiento del consumidor. Sin embargo, también es importante señalar que el uso de imágenes sexuales en la publicidad no siempre se realiza de forma subliminal. Muchas veces, los anuncios utilizan imágenes explícitas de contenido sexual para atraer la atención del espectador y provocar una respuesta emocional.