Por Redacción - 5 Diciembre 2023
La creciente tendencia de buscar fórmulas para bloquear o eliminar anuncios revela un cambio significativo en la percepción de la publicidad por parte de los usuarios. A pesar de los intentos de forzar a las audiencias a consumir diversos tipos de anuncios, la realidad subyacente que pocos mencionan abiertamente es que la publicidad más intrusiva y molesta no goza de interés general y, por ende, la mayoría de las personas procura evitarla.
Este fenómeno no surge sin razón, ya que la publicidad ha evolucionado hacia un enfoque invasivo y molesto. Los anuncios, a menudo estridentes y ofensivos, han dejado de ser bienvenidos. Además, la falta de relevancia ha contribuido a que los usuarios consideren la publicidad como una intrusión en su experiencia digital. La desconexión entre los intereses individuales de los usuarios y la amplitud de los anuncios ha llevado a la búsqueda activa de métodos para bloquear o eliminar estos mensajes no deseados.
Según datos de eMarketer, en el actual año 2023, el 29% de los usuarios de Internet a nivel global ya emplea un bloqueador de publicidad. Se anticipa que esta cifra se incremente al 35% para el año 2025. En los Estados Unidos, el uso de bloqueadores de publicidad es aún más pronunciado, llegando al 37% en el año 2023.
La capacidad creciente de los usuarios para controlar su experiencia de navegación mediante herramientas proporcionadas por navegadores web y aplicaciones móviles ha exacerbado el problema. A medida que más usuarios buscan evitar la publicidad, surge la pregunta: ¿por qué los anunciantes persisten en interrumpir la experiencia de los usuarios con contenido que estos desean evitar?
La respuesta no es simple. En el panorama de la televisión conectada y los servicios de streaming, la tradicional fórmula publicitaria está resurgiendo con anuncios pre-roll, mid-roll y post-roll. Sin embargo, estos anuncios no logran captar la atención de las audiencias modernas acostumbradas a experiencias sin interrupciones. La repetitividad y falta de relevancia de estos anuncios contribuyen a su ineficacia, con estudios que demuestran que los usuarios los olvidan rápidamente.
Conforme a un análisis realizado por Nielsen, el 63% de los usuarios de Internet a nivel global perciben la publicidad como intrusiva y molesta.
La afirmación de que "La publicidad televisiva se ve, pero no se mira" encapsula la realidad de que la publicidad en este medio tiende a ser efímera en la memoria de los espectadores.
La brevedad, repetitividad y falta de relevancia de los anuncios televisivos contribuyen a que sean percibidos como una interrupción más que como contenido valioso. Aunque los anunciantes buscan estrategias como la publicidad personalizada y contextual, la efectividad sigue siendo un desafío.
La ineficacia de la publicidad televisiva se extiende a la publicidad en línea, donde los usuarios también buscan activamente formas de evitarla. La percepción generalizada de que la publicidad es intrusiva y molesta plantea preguntas sobre la persistencia de los anunciantes en interrumpir la experiencia de los usuarios. ¿Por qué persisten en estrategias que parecen cada vez menos efectivas?
De acuerdo con un informe de PageFair, durante 2023, los bloqueadores de publicidad representaron una pérdida de ingresos de 22,2 mil millones de dólares para los anunciantes. Se proyecta que esta cifra se eleve a 33,3 mil millones de dólares para el año 2025.
En este sentido, destacar el hecho de que la publicidad es un ingrediente esencial para la economía digital. Sitios web, aplicaciones y servicios gratuitos dependen de los ingresos publicitarios para mantenerse viables. La creencia de que la publicidad invasiva es efectiva también influye en la persistencia de esta estrategia.
La creciente competencia también motiva a los anunciantes a destacar entre la multitud, y la publicidad invasiva se presenta como una estrategia para lograrlo.
A pesar de estas consideraciones, los anunciantes están conscientes de la necesidad de evolucionar. Se vislumbra un futuro donde estrategias como la publicidad personalizada y contextual cobrarán mayor relevancia para conectarse con los usuarios de manera más efectiva. A medida que la búsqueda de evitar la publicidad persiste, los anunciantes enfrentan el desafío de hacer que su contenido sea más atractivo y relevante. Para lograrlo, se sugiere que la publicidad sea adaptada al público objetivo, visualmente atractiva y sin exageraciones invasivas. Estas recomendaciones buscan aumentar la probabilidad de que la publicidad sea efectiva y llegue a los usuarios adecuados.
En contrapartida, los bloqueadores de publicidad han ganado popularidad por ofrecer beneficios notables. Mejorar la experiencia de navegación, acelerar el tiempo de carga de las páginas web y proteger la privacidad son algunas ventajas. Sin embargo, estos bloqueadores también tienen inconvenientes, como la pérdida de ingresos para sitios web y posibles fallos en el bloqueo de la publicidad. Tal ha sido su éxito entre los usuarios, que plataformas como Youtube ya han advertido de la prohibición del uso de bloqueadores de anuncios en su plataforma. Esta decisión fue tomada por la empresa para proteger sus ingresos, ya que la publicidad es una parte fundamental de su modelo de negocio. Sin embargo, como era de esperar, la prohibición de YouTube ha sido recibida con críticas por parte de los usuarios, que consideran que es una violación de su privacidad y de su derecho a elegir cómo quieren ver el contenido de la plataforma.
La necesidad de persuadir a los anunciantes sobre la efectividad de sus campañas es innegable, a pesar de la real probabilidad de que el mensaje publicitario pase desapercibido para la audiencia.
Esta dinámica se fundamenta en la consideración de la publicidad como una inversión considerable para los anunciantes, quienes buscan garantizar un retorno proporcional a su inversión financiera. En ocasiones, la industria publicitaria tiende a exagerar el impacto de sus campañas con el fin de persuadir a los anunciantes. Por ejemplo, es común que una agencia de publicidad afirme que un anuncio ha generado un aumento del 20% en las ventas, cuando en realidad el impacto puede ser considerablemente inferior. Aunque la publicidad constituye una herramienta efectiva para alcanzar audiencias específicas, no existe una garantía absoluta de éxito. Ante esta realidad, los anunciantes deben establecer un plan meticuloso para evaluar con precisión el impacto de sus campañas y adoptar una postura crítica frente a las afirmaciones de la industria publicitaria.
Es evidente que la relación entre los usuarios y la publicidad está experimentando una transformación significativa. Mientras los anunciantes buscan estrategias más efectivas, los usuarios exploran opciones para evitar la publicidad no deseada. El desafío radica en encontrar un equilibrio que permita a los anunciantes llegar a sus audiencias de manera efectiva sin causar molestias, mientras los usuarios buscan optimizar su experiencia digital sin sacrificar la viabilidad económica de los servicios en línea.