Por Redacción - 9 Enero 2025
El panorama actual de la publicidad en streaming está en plena transformación, con un mercado que plantea nuevos desafíos y oportunidades tanto para anunciantes como para plataformas de transmisión de contenido. En un mundo donde el modelo de suscripción sin anuncios fue durante mucho tiempo el sello distintivo de los servicios de streaming, la incursión de la publicidad ha tomado protagonismo, y las cifras hablan por sí solas. Disney, por ejemplo, ha revelado que aproximadamente 157 millones de usuarios globales están ahora transmitiendo contenido respaldado por anuncios. Este cambio ha sido impulsado, en parte, por la necesidad de maximizar los ingresos ante la creciente competencia y la saturación de suscripciones en un mercado altamente competitivo.
A medida que los anuncios en streaming se multiplican, el papel de las plataformas de video como Amazon Prime Video, Netflix y Disney+ en la publicidad digital se ha transformado.
Un dato revelador es que los anunciantes ahora pueden rastrear de manera más precisa el impacto de los anuncios en plataformas de streaming sobre las ventas en minoristas como Walmart y Target, lo que ofrece una medición más directa del retorno de inversión. Además, los servicios de streaming han incrementado considerablemente su capacidad para segmentar a los consumidores, lo que proporciona a las marcas una herramienta poderosa para alcanzar audiencias específicas con mensajes personalizados.
En el Reino Unido, el mercado de la publicidad en streaming de TV está proyectado a superar los 1.000 millones de libra. Este crecimiento es especialmente notable cuando se considera que, apenas dos años después de que Netflix comenzara a ofrecer anuncios, la publicidad en plataformas de streaming ahora representa aproximadamente el 30% del mercado de anuncios televisivos tradicionales. Este fenómeno también ha impactado en la disposición de los usuarios a tolerar anuncios a cambio de precios más bajos en sus suscripciones. De hecho, plataformas como Netflix han reportado un aumento significativo del 50% en las nuevas suscripciones al plan de anuncios, un claro indicio de que muchos usuarios están dispuestos a cambiar su experiencia sin interrupciones comerciales por un costo más accesible.
Este giro en el modelo de negocio ha sido especialmente relevante dado que los pioneros del streaming, como Netflix, inicialmente evitaron los anuncios para ofrecer una experiencia de contenido bajo demanda sin interrupciones comerciales. Sin embargo, a medida que los costos operativos aumentaron y la necesidad de diversificar sus fuentes de ingresos se hizo más evidente, la inclusión de anuncios se convirtió en una estrategia viable. Actualmente, el 43% de todas las suscripciones de streaming en el mundo están respaldadas por publicidad, con un porcentaje aún mayor en plataformas como Disney+, que alcanza el 60%.
A pesar de los beneficios económicos que la publicidad en streaming ofrece a las plataformas, la sobreexposición a los anuncios sigue siendo un desafío.
Las quejas sobre la saturación publicitaria no solo provienen de los anunciantes, que enfrentan dificultades para gestionar la frecuencia de sus anuncios, sino también de los espectadores. Una encuesta reciente en Estados Unidos reveló que el 50% de los adultos afirmaron haber evitado comprar un producto después de ver el mismo anuncio demasiadas veces, lo que subraya la importancia de encontrar un equilibrio en la frecuencia y relevancia de los anuncios.
Por otro lado, el impacto de la sobreexposición a los anuncios no se limita a la televisión tradicional, sino que también se ha trasladado al streaming, lo que podría alejar a los espectadores en el largo plazo. Las plataformas de streaming, en su afán de maximizar sus ingresos publicitarios, han recortado drásticamente su gasto en publicidad televisiva tradicional, moviendo gran parte de sus esfuerzos hacia el entorno digital. Este cambio no solo ha alterado el panorama de la publicidad en medios tradicionales, sino que también ha reconfigurado las expectativas de los anunciantes y los consumidores.
Sin duda, la publicidad en streaming ha llegado para quedarse, y su influencia continuará creciendo en el futuro cercano. Las plataformas de streaming, antes bastiones de contenido sin anuncios, han adoptado modelos con publicidad a precios reducidos, respondiendo a las demandas tanto de los anunciantes como de los usuarios que buscan opciones más económicas. Sin embargo, el sector debe tener cuidado con el exceso de exposición publicitaria, ya que la saturación de anuncios puede dañar la experiencia del usuario y generar resistencia en los consumidores. El equilibrio entre monetización y experiencia será clave para que las plataformas sigan prosperando en este nuevo ecosistema digital.