
El entusiasmo por lo retro ha hecho que muchos consumidores se vuelquen en recuperar los productos que consumían en el pasado o que se muestren entusiasmados recordándolos, como si cualquier tiempo pasado fuese definitivamente mejor. Este apetito por el pasado tiene - varias- explicaciones.
Para empezar existe lo que en inglés se conoce como reminiscence bump, una tendencia entre las personas a al llegar a cierta edad entregarse a recordar y recolectar lo que recuerdan del pasado. A medida que pasa el tiempo y la memoria empieza a fallar, más interés y entusiasmo hay por lanzarse a recordar. Por otra parte, lo retro ayuda a idealizar los tiempos pasados e impulsa el sentimiento de permanencia al grupo. Y, para finalizar, lo vintage se ha convertido en una tendencia en el consumo, en una moda más como podrían ser los cambios de temporada en la industria de la moda. Y cuando lo retro se puso de moda, se puso al tiempo el rememorar las cosas que existían en la infancia de los consumidores (y por infancia de los consumidores se ha abierto una ventana temporal muy amplia, que hace que se entreguen al merchandising de Mirinda o de la edad de oro de la aviación quienes no recuerdan ni a una ni a otra) y lamentar la pérdida de todos esos productos.
Todo ello explica fenómenos como, por ejemplo, el éxito de blogs como YofuiaEGB (de hecho la EGB podría entrar también dentro de las cosas que los consumidores recuerdan pasadas por el cristal mejorado de lo retro) y de libros que recuperan a marcas, productos y programas de los 70 y de los 80.
No se trata, en realidad, que los Gormiti sean peores que los Caballeros del Zodiaco o que Bob Esponja no merezca ni el saludo si se compara con Candy Candy. En realidad, cada momento tiene sus productos y posiblemente algún día alguien se entregará al recuerdo emocionado tanto de los Gormiti como de Bob Esponja como de las Bratz o la última muñeca de Peppa Pig.
--- Regístrate o accede como usuario para disfrutar del acceso ilimitado a todos nuestros contenidos ---

