Por Redacción - 20 Agosto 2014
¿Son los hombres y las mujeres abordados de forma similar por las marcas? Los anuncios parten siempre de una realidad: los targets. Cada grupo de población responde de forma diferente no solo a los productos (es decir, cada uno compra de forma distinta porque tienen intereses distintos) sino también a las comunicaciones publicitarias que quieren vendérselos. No es lo mismo vender un coche a un jubilado que a un millennial.
¿Es lo mismo vender a un hombre que a una mujer?
Un análisis de la situación de Millward Brown señala que no: los hombres prefieren, a grandes rasgos, los anuncios con humor, que tienen un estilo creativo muy marcado y que usan imaginería sexual mientras que las mujeres prefieren los anuncios en los que aparecen niños o imágenes de vida.
Sin embargo, y aunque los temas generales de interés y que consiguen mejores respuestas varían, la publicidad abusa todavía en algunos casos de ideas preconcebidas y de clichés que en algunos casos ya aparecían en los anuncios de hace cien años que nos parecen, con los ojos actuales, tan poco respetuosos con la igualdad. La mujer, a pesar de todo, sigue siendo vista con unos ojos no siempre igualitarios en la publicidad, tanto en la que se dirige a un público más general como en la que está destinada directamente a ella.
Los anuncios aún tienen un ligero toque sexista, como demuestran muchos análisis y comparaciones. Buzzfeed hizo hace unos meses un ejercicio de cambio de personajes para demostrar cómo la publicidad sigue viendo a las mujeres de una forma muy diferente a como ve a los hombres.