En la historia de la publicidad de productos de tecnología, las acusaciones y las guerras entre diferentes marcas se han convertido en un elemento casi omnipresente. No hay más que pensar en los anuncios más populares y recordados por los usuarios de nuevas tecnologías de medio mundo, incluso por aquellos que no pudieron verlos en su momento en su soporte inicial y original (la televisión). Todo el mundo conoce el anuncio de Apple con alegorías a 1984 (y que carga contra su enemigo entonces, IBM) y todo el mundo ha visto alguna vez alguno de los anuncios en los que Apple carga contra Microsoft y contrapone a un muy cool usuario de Mac a un aburrido y gris usuario de PC y por tanto de Windows.
Las guerras no han acabado con el paso del tiempo, simplemente han mutado de protagonistas y han conseguido cambiar el epicentro de la batalla. Los smartphones se han convertido en el mercado caliente del mundo de las nuevas tecnologías: para compañías como Apple, los smartphones se han convertido en una de sus principales fuentes de ingresos. No es la única. Además, la importancia de estos terminales va mucho más allá de simplemente la venta del aparato. A medida que los consumidores son más dependientes de estos terminales, la importancia de la información que se genera en ellos ha ido aumentando.
Por tanto, las compañías tecnológicas se han entregado a una guerra sin cuartel para conseguir ser las ganadoras de esa batalla. Las posiciones han ido cambiando además a lo largo de los años y nada está seguro en la batalla por el mercado móvil. Las acusaciones, las guerras judiciales por patentes y los movimientos empresariales son arriesgados, brutales, y todo eso ha tenido un eco en la publicidad. Porque la guerra de los smartphones es también una guerra publicitaria en la que los consumidores deben decidir en qué bando quieren estar.
La última en sumarse a esta tendencia ha sido HTC, que hasta ahora se asociaba a otro tipo de comunicación. HTC fue una de las estrellas emergentes del panorama móvil de hace unos años y ahora está intentando reinventarse y reconquistar posiciones perdidas. Y entre las cosas que está haciendo para lograrlo ha entrado un rap. Como apuntan los medios estadounidenses, lo único que se puede decir del mismo es WTF.
Pero ¿sigue funcionando el enfrentarse a las demás compañías para posicionar los propios productos? ¿O el recurso está demasiado gastado? El anuncio en el que Samsung se reía de las colas de fans de Apple recordando que todo lo que los de Cupertino lanzaban ya estaba en sus propios dispositivos sirvió en 2012 para aumentar el impacto en la red de la firma: el anuncio se convirtió en viral. Esperar que todos los anuncios de batallas se conviertan en virales sería demasiado naif, aunque en algunas ocasiones está dando ciertos resultados. Samsung ha conseguido adelantar en ocasiones ampliamente a Apple en visibilidad en internet gracias a sus guerras.