Por Redacción - 10 Enero 2017
El próximo cliché llamado a desaparecer de la publicidad es esa imagen tan asentada en los anuncios de la madre perfecta, la madre que lo logra todo y que se sacrifica por los suyos cueste lo que cueste para que ellos sean felices.
Si se abre una revista cualquiera de hace 100 años, se podrá encontrar pasando las páginas con unos cuantos anuncios protagonizados por madres. Las marcas intentaban convencer a las madres de entonces de que sus productos eran los mejores para sus hijos y, para ello, usaban un mensaje y un reclamo que, en realidad, suena demasiado cercano. Las buenas madres, las madres que se preocupan por sus hijos, usan esta leche condensada, este suplemento vitamínico y aquel otro producto más. Y esas buenas madres de los anuncios, aunque solo aparecían mostradas con un par de trazos y con una ilustración sencilla, eran no solo madres que se preocupaban por sus jóvenes e inocentes hijos, sino también madres perfectas.
Cien años más tarde, la moda ha cambiado, la sociedad también lo ha hecho y el papel de las mujeres lo ha hecho también de forma paralela, pero a pesar de todo ello la madre perfecta no ha desaparecido de los anuncios, como tampoco los clichés sobre las mujeres y sobre su papel en el hogar. En muchos anuncios, siguen siendo las madres las que se preocupan de que las manchas de grasa no salen, de que las juntas de los azulejos del baño no están suficientemente limpias o de que los niños no toman las suficientes vitaminas.
No son pocos los expertos que han clamado contra este tipo de anuncios (y la imagen que transmiten de la mujer) y no son pocos tampoco los que han tirado de pragmatismo para explica por qué esos anuncios deberían desaparecer. Al fin y al cabo, la mujer es una fuerza de consumo cada vez más poderosa, repiten, y ese tipo de anuncios le llegan cada vez menos. Pero lo cierto es que esos clichés y esos anuncios en los que parece que jamás un hombre haya puesto una lavadora o limpiado las juntas de unos azulejos no son los únicos que los expertos critican y que los expertos señalan con el dedo como bien llamados a la extinción. El próximo cliché llamado a desaparecer de la publicidad es esa imagen tan asentada en los anuncios de la madre perfecta, la madre que lo logra todo y que se sacrifica por los suyos cueste lo que cueste para que ellos sean felices.
Como apunta en una columna de opinión en The Drum un experta, la COO de Publicis Health, Kathy Delaney, esta imagen de la madre perfecta de los anuncios, con ese hogar ideal digno de aparecer en todos los tableros posibles de Pinterest, no trasmite una imagen realista para la mayoría de las mujeres y está, además, creando una especie de presión, una suerte de estrés, ya que hace que se cree una especie de imagen idealizada de lo que supone ser madre y ser mujer que hace, además, que la propia existencia pase a un segundo plano. Cierto es que los anuncios son solo una pata más de la creación de la imagen, pero es una muy importante porque las marcas tienen que rendir cuentas a sus consumidores por lo que dicen y hacen (y pueden además empezar a perder pie si no son capaces de adaptarse a los tiempos).
Y los tiempos están acabando con el mito o poniéndolo en cuarentena. Como apunta la especialista, en la cultura mainstream ha empezado a aflorar todo un boom de madres no perfectas, que protagonizan series y películas. Si están ahí es porque la presión social lo ha reclamado y porque, además, hay un mercado deseoso de consumir esos contenidos, de buscar imágenes realistas con las que identificarse.
De las series y las películas las madres imperfectas saltarán a los anuncios. Delaney cree que 2017 será el año de la madre imperfecta en la publicidad y que durante el período se convertirá en la protagonista de los anuncios. En realidad, esta irrupción se podría ligar también a la cada vez más recurrente presencia de mujeres reales y realistas en los anuncios, una tendencia que cada vez siguen más marcas y que ha reportado mucho éxito para ellas.