Por Redacción - 28 Junio 2021
En el interés de las marcas y en el estrellato de su estrategia publicitaria, los jóvenes han sido los tradicionales grandes vencedores. Los millennials primero y los miembros de la Generación Z después han sido la gran obsesión de las marcas, que se han esforzado por entenderlos y que han perfilado sus campañas publicitarias para que encajasen con las necesidades y los intereses de este público.
Todo intentaba conectar con ellos, lo que hacía que otros grupos demográficos se sintiesen dejados de lado. Les pasó a los miembros de la Generación X, y ahí no parece que se haya producido un cambio, y también a los baby boomers.
De hecho, eran muchos los estudios pre-crisis que hablaban de cómo los jubilados sentían que los anuncios los estaban ignorando y también cómo creían que estaban mostrando una imagen totalmente estereotipada de cómo eran y qué les interesaban. Si llegaban a entrar en las campañas, solían hacerlo confinados al papel del "abuelo", que seguía ciertas normas y correspondía a ciertos estereotipos.
La presencia de los baby boomers, los jubilados, en la estrategia de publicidad y marketing de las compañías podría estar ahora mismo cambiando, siendo un inesperado efecto secundario de la pandemia. Algunas grandes marcas han decidido aumentar sus esfuerzos a la hora de seducir a este nicho de consumidores. Los jubilados se han convertido en un mercado destacado para las empresas.
Los datos de inversión en campañas así lo demuestran, como publican en Insider. El interés no está solo en productos de nicho, sino también en las grandes marcas. Desde una agencia, por ejemplo, le confirman al medio estadounidense que clientes como Mercedes-Benz han aumentado su inversión en publicidad para este nicho de mercado en un 40%.
Este pico de interés, que eclipsa al que tenían hasta ahora por los jóvenes, viene marcado por un cierto pragmatismo. Los baby boomers son ya quienes están vacunados, quienes están recuperando la vida normal y quienes han salido de la pandemia con más dinero ahorrado. Son, por todo ello, quienes más predispuestos a gastar en productos ahora mismo están.
Además, ese gasto está orientado a ellos mismos. Es decir, es más probable que se compren los caprichos que les interesan. Algunas estadísticas apuntan que los baby boomers están subiendo entre un 10 y un 15% el gasto que hacen.
Igualmente, las agencias tienen muy claro que este es un mercado listo para ser captado. Esto es, quieren consumir y las marcas solo deben encontrar el mensaje que hará que lo hagan con ellas y no con su competencia. Esto implica cambiar sus mensajes - lo que no es tan fácil cuando te has pasado años y años centrándote sobre todo en un grupo poblacional completamente diferente - y encontrar qué les convence.
También supone apelar a elementos con tirón entre ese grupo de población, como, según Insider, la nostalgia.
Las agencias con las que ha hablado el medio estadounidense no son las únicas que están hablando de este nicho de mercado y de cómo lo nostálgico funciona con ellos. De hecho, justamente, ese es el punto en el que se apoya la presentación a medios de un nuevo servicio de comida a domicilio, llamado Esto es Comer y que se vende a los consumidores de más edad con el reclamo de la comida casera de siempre.
Y el lanzamiento de un nuevo servicio de delivery no es realmente tan interesante, pero sí lo es lo que cuentan sobre la tercera edad para completar justo estos datos y ver que la tendencia empieza a verse también en España. Ellos hablan de "viejennials", consumidores de la Generación Silver (50 a 70 años) que son ahora, post crisis, "compradores online" (las compras online de los mayores de 60 años han subido en los últimos tres años en gasto en un 78%) pero también "enamorados de lo tradicional".
