Por Redacción - 5 Julio 2021
¿Quién sigue usando todavía hoy los SMS? Los SMS se desplomaron en España entre 2007 y 2015, como muestra una estadística de Statista. De mandar 12.295 millones de mensajes de texto, cuando eran la forma más barata de comunicarse, se pasó a quedarse por debajo de los 2.000 millones, cuando las apps de mensajería se comieron ese terreno.
Las cosas reputaron entre 2015 y 2019, cuando se superaron los 4.700 millones de mensajes de texto enviados en España. Tras una caída del 85% en los envíos de mensajes de texto, se produjo una ligera recuperación, porque los mensajes se mantuvieron entre las empresas.
Solo hay que pensar quiénes son los últimos números de teléfono que nos han remitido mensajes: en mi caso son mi banco, un supermercado anunciando que mi compra llegaría a casa en los siguientes 30 minutos y un recordatorio de cita médica. El resto de la lista sigue estando copado por marcas y organismos públicos, con recordatorios, avisos y mensajes de ofertas y rebajas. Los SMS se han convertido casi en algo similar al buzón de correo tradicional. Casi todo lo que llega es publicidad y marketing directo.
No molesta por la misma razón por la que no lo hacen los folletos y las cartulinas que una cadena de perfumerías me manda cada mes por correo. No son muchos, son lo único que llega por ese canal (más o menos) y por eso se le sigue haciendo caso y hasta, en el correo de papel, hace un poco de ilusión tener algo en el buzón.
Pero todo eso podía cambiar si las marcas cruzan demasiadas líneas rojas. Demasiados mensajes acabarían hartando y llenarlos de elementos molesto lo haría aún más. Es lo que pasa cuando abres el buzón y te encuentras algo que es publicidad camuflado de manera que parece serio.
Y es lo que les podría pasar a los mensajes de texto si la última idea para monetizar a los clientes de las operadoras de telefonía se populariza: las operadoras quieren meter publicidad en los SMS.
Es lo que ha ocurrido ya en Australia y no se habría hecho quizás popular si quien lo hubiese vivido no hubiese sido un desarrollador con cierto klout en la red y no lo hubiese contado en social media. Como recoge ADSL Zone, Chris Lacy, desarrollador de aplicaciones populares, recibió, en un SMS de autentificación, un anuncio (su app de mensajes de texto de Android lo había, incluso, identificado como spam).
Al final del mensaje y tras ser identificado como "SMS ad", se incluía un pequeño anuncio de texto con un link. Detrás del link y del mensaje de texto está la operadora de telecomunicaciones que da el servicio. Google ya ha dejado claro a los medios estadounidenses y vía tuits de algunos de sus trabajadores que ellos no están añadiendo publicidad a los mensajes de texto que mandan a sus usuarios con códigos de confirmación.
Los SMS no están cifrados y, por tanto, la operadora puede acceder a ellos y modificarlos potencialmente. De hecho, como apuntan en 9to5Google, el tipo de anuncio lanzado y la marca que está conectada al mismo (un servicio VPN en un mensaje con un código de seguridad de Google), deja bastante claro que se ha hecho un ejercicio de targeting a la hora de escoger qué anunciar y a quién.