Por Redacción - 29 Septiembre 2021
Puede que durante décadas se fuesen manteniendo ciertas líneas maestras de cómo debían ser los anuncios y a qué debía apelar la publicidad. Aun así, la industria publicitaria se ha caracterizado siempre por ser capaz de adaptarse a los cambios y por ser ella misma un espacio de constante novedad. Al fin y al cabo, deben seguir el ritmo de la sociedad y de sus ajustes, pero también deben crear una cierta ilusión de que siempre hay cosas nuevas en el mercado y de que las empresas están ofreciendo en todo momento "lo último".
Lo que llevamos de siglo XXI se ha caracterizado por muchos, muchos cambios. Ha habido cambios sociales, marcados por la llegada a la edad adulta de los millennials y de la generación Z con sus percepciones y características, pero también ajustes marcados por el boom de la tecnología y lo que cambia en todo lo que se hace.
La publicidad ha cambiado muchísimo a raíz de lo que la tecnología - y especialmente internet - permiten hacer y ofrecen. Ahí está el boom de la publicidad programática, de la guerra entre algoritmos y creatividad o de la personalización máxima. El futuro traerá todavía más cambios, con el desarrollo de la inteligencia artificial o el boom de la realidad aumentada, que implicarán nuevos reajustes en la agenda y en cómo se hacen las cosas.
Pero ¿cómo serán los anuncios del futuro y cómo tendrá que trabajar la industria publicitaria? Eso es lo que se pregunta un análisis de AdWeek, en el que se lanzan unas líneas maestras de cómo será el mañana. Las proyecciones que recoge AdWeek vienen de Keith Reinhard, el presidente emérito de la agencia DDB.
Lo que el experto señala es que, como conclusión principal que se debe tener en cuenta, es que la publicidad va a cambiar. Lo hará en sus canales hasta incluso en su forma. Pero lo que no cambiará es su fondo: los anuncios seguirán funcionando como una vía para conectar a los consumidores con las marcas y para impulsar vínculos.
En el trabajo en publicidad, se necesitará más creatividad. El análisis apunta a que se necesita un resurgimiento de la creatividad, para lo que, señalan, habrá que recuperar el trabajo en persona.
Igualmente, la industria publicitaria debe volverse más diversa en quién trabaja en este terreno y quién está detrás de las campañas. También debe ajustarse en términos de igualdad de género. Los publicitarios deben ser representativos de la sociedad a la que quieren llegar, indica el análisis. Solo así se logrará mejorar el resultado final.
De hecho, el propio columnista insiste en que desearía que la industria abandonase su ageism, su obsesión por la juventud y esa cierta percepción de que los profesionales dejan de ser válidos cuando cumplen una cierta edad.
Esto también debe leerse en clave de "necesidades humanas". Las marcas se verán cada vez más empujadas a dejar claro cuál es su agenda, algo que resultará más crucial para los consumidores pero también para los trabajadores de la industria publicitaria.
Otro punto que señala el análisis es que las funciones creativas y las de medios no deberían haber sido separadas. La industria volverá a apostar por el trabajo conjunto, porque será clave para recuperar la creatividad.