Por Redacción - 20 Octubre 2021
Como hizo antes con las casas de apuestas y el juego online, el Ministerio de Consumo trabaja ahora para limitar cómo puede ser la publicidad de la llamada comida basura y cómo y dónde se puede anunciar.
Consumo planea un real decreto que regulará los anuncios de este tipo de productos y que afectará no solo a los medios tradicionales - como la televisión - sino también a los digitales. La normativa quiere regular cómo se podrán servir este tipo de anuncios en redes sociales y limitar así su impacto en la población infantil.
La previsión del ministerio, como ha adelantado El Periódico, está en que la propuesta normativa esté lista entre finales de este año y principios del que viene. Ahora mismo, Consumo estaría todavía trabajando en la cuestión y manteniendo contactos con la industria. Además, incluso cuando esté el proyecto normativo, aún le quedaría pasar por diferentes trámites. Tendría que ser aún aprobado por el Consejo de Ministros.
¿Qué cambiará la norma? Posiblemente, de los ajustes que publica EPE, el cambio más importante es el que afectará a las redes sociales. Ahora mismo, estas quedan fuera del marco normativo - el que impide por ejemplo mostrar este tipo de anuncios en horario infantil en la tele - y con la nueva norma sí estarían reguladas. La gran cuestión es el cómo.
Según ha podido saber el diario, Consumo baraja dos opciones. Una implicaría que las propias compañías y Consumo acuerden un marco común, controlado por la CNMC (que podría imponer multas a quien se lo salte pero más a largo plazo).
Otra sería crear una normativa similar a la del juego y con penalizaciones desde el primer momento. Los anuncios de comida basura solo podrían ser lanzados cuando se pueda evitar de forma segura que lleguen a niños. Es de esperar que todas estas medidas cambien también las reglas del juego para los influencers.
Las medidas no solo afectarán a la publicidad online, porque Consumo cree que la autorregulación actual no funciona. Entre las otras medidas que se barajan está la de prohibir por completo la publicidad de este tipo de productos en televisión en horario infantil o la de prohibir toda la publicidad de los productos que sean considerados más malos.
Aunque este artículo perfila qué se puede esperar, la idea no es exactamente nueva. Cuando hace un año el ministerio de Consumo presentó un informe sobre obesidad infantil ya se había señalado la necesidad de cambiar las cosas. Entonces ya parecía claro que la comida basura parecía la próxima gran bestia negra publicitaria y que a las empresas del sector les esperaban tiempos complicados en materia publicitaria.
En algunos países, ya se han tomado medidas que limitan la publicidad y el marketing de estas marcas. Reino Unido ya anunciaba este verano sus planes para reducir la exposición de los niños a los anuncios de la comida basura: solo podrán emitirlos en horario nocturno. El país también tomó la decisión al hilo de los altos índices de obesidad infantil y de la elevada presencia de estos productos en los mensajes publicitarios.