Sería deshonesto decir que las apps no están de moda. Simplemente tenemos que mirar a nuestro alrededor: gente enganchada a sus smartphones. Tecleando, tapeando o haciendo fotografías en todo tipo de situaciones y lugares. Es una auténtica fiebre. Pero la verdadera pregunta que nos hacemos todos es si invertir en desarrollar apps es rentable o no, especialmente si tengo un negocio.
Hasta hace poco leíamos que el PC permanecía inamovible frente al auge de las aplicaciones móviles en cuanto a la tasa conversión. Pero le hemos dado la vuelta a la tortilla y ahora sucede exactamente lo contrario. ¿Estamos frente a una burbuja de las apps?
Este cambio no ha sido tan radical como parece. Ya en 2014 se apuntaba a que el desarrollo de aplicaciones m-commerce podía ser buena estrategia de "engagment". Debido, claro está, a la gran cantidad de gente que utilizaba las apps como complemento para ir de compras. Por aquel entonces, no se compraba a través de la app. No nos sentíamos seguros, pero sí que consultábamos precios, especificaciones e incluso comparábamos productos. A veces in situ, otras veces desde casa y otras desde el trayecto en metro a casa.
Pero las apps han entrado por completo en nuestro día a día, se han ganado nuestra confianza y hasta somos capaces de reservar nuestras vacaciones desde nuestro Smartphone. De hecho, el TripBarometer 2015, elaborado por Tripadvisor, indica que el 45% de los viajeros generalmente utiliza su smartphone para reservar actividades durante el viaje. Mientras que las reservas realizadas a través de dispositivos móviles, ya sean smartphones o tabletas, se han duplicado en 2015 con respecto al 2014.
Existen ejemplos de negocios que han apostado por adaptarse al móvil y han triunfado. Han aumentado ventas, atraído nuevos clientes y generado engagement. Un buen ejemplo es el de la tienda de ropa Venca. Tradicionalmente de venta por catálogo, ya realizaba gran parte de sus ventas a través de la web. Allá por 2011 pasó del e-commerce al m-commerce. Se adaptó a tableta y smartphone, y hoy en día, más de la mitad de sus ventas proceden de dispositivos móviles.
Si recordamos que el 80% del tiempo consumido en el móvil, lo pasamos en alguna aplicación móvil. Y según The App Date, ya somos 22 millones de usuarios de apps activos: Somos 22 millones de appadictos. Y principalmente las utilizamos para entretenimiento, mejorar la productividad, obtener información local o para comprar. Y aunque todas las apps quieren ganar dinero, no todas son una extensión de un negocio.
Hay algunos negocios han nacidos directamente para los dispositivos móviles. Buenos ejemplos de este tipo de negocio en aplicaciones móviles son Wallapop, Fever o Uber, que tienen landing page pero no servicios desde la web. Son negocios nacidos en entornos móvil. Sin embargo, aunque el potencial existe y es muy grande cabe recordar que el 99% de los millones de aplicaciones en los markets no son rentables. Entonces? ¿debe un negocio entrar en el desarrollo de apps?
Apostar por la movilidad puede presentarse como una gran oportunidad de éxito. Pero cuidado, también puede suponer un gran fracaso si no sabemos afrontarlo. Antes que nada debemos determinar si nuestro negocio necesita realmente una aplicación móvil.
Primero tendremos que saber a que cliente potencial nos dirigimos. No será lo miso dirigirse a un público adulto, que apenas sabe utilizar las aplicaciones móviles. O a un público joven que no tienen presupuesto para gastar en nuestros productos. Siempre tendremos que tener en mente que entre los usuarios de 14 a 45 años, el conocimiento y uso del smartphone es alto. También tendremos que analizar nuestro negocio y marcar qué puede obtener nuestro negocio de la app. Puede ser captar nuevos clientes, fidelizar clientes o aumentar ventas, entre otros.
Del mismo modo puede que ni siquiera tengas que desarrollar una aplicación sino que con lo que puede ofrecer una aplicación web o un diseño responsive bien desarrollado tengas suficiente. Así que si tienen un buen comercio local que ya ha despegado, seguramente sea una buena idea crear una app. Siempre que ésta aporte algo extra a la experiencia web o en tienda física.
Pero sobretodo, necesitarás un buen presupuesto que cubra no solo el desarrollo de la app, sino también la estrategia de marketing móvil, un buen diseñador de apps e incluso un servicio para mantener la app y actualizarla. Sin todos estos elementos, tu app se quedará en lo más profundo de los markets, formando parte de los millones de "apps zombie" que nadie descarga ni utiliza.