Artículo Aplicaciones móviles

¿Conoces las razones por las que nadie se descarga la app móvil de tu negocio o marca?

Nadie se descarga nada que no tenga una utilidad y sobre todo una utilidad que a ese consumidor realmente le suponga una diferencia

Por Redacción - 21 Septiembre 2015

Las aplicaciones móviles vivieron su momento de gran esplendor y de prácticamente exceso de interés, cuando todo el mundo se lanzaba a crear una y cuando no había marca, ni tienda, ni compañía ni medio que no intentase consolidar la suya en lo alto de las listas de descargas de las app stores de turno. La fiebre de las apps se enfrío ligeramente y las compañías echaron un poco el freno a la moda de que toda entidad, todo elemento, tenía que tener asociada su app.

Sin embargo, las apps y las aplicaciones de marcas, compañías y productos no desaparecieron de la faz de la tierra y no están llamadas a desaparecer. El hecho de que el boom y el exceso de interés del primer momento se hayan calmado no implica necesariamente que se haya calmado del todo. Las marcas siguen interesadas en las aplicaciones, ya que los usuarios móviles siguen usando de forma masiva apps y siguen mostrándose muy interesados en ellas como vía de acceso a ciertos contenidos y a ciertos servicios en internet. Las apps siguen siendo muy útiles y los consumidores siguen mostrándose más que interesados en ellas.

Las cifras de uso de las aplicaciones móviles no paran de subir y sus cifras son cada vez más buenas en comparación a las de otros medios. Por ejemplo, un estudio reciente señalaba que las apps consiguen ya en Estados Unidos más horas de uso diarias que las que los consumidores dedican a la televisión. Además, pasado el boom de los primeros tiempos, los consumidores se han convertido en un mercado más maduro en el uso de las aplicaciones móviles, que saben mejor lo que tienen entre manos, aunque también se han convertido en uno mucho más exigente, que espera productos mejor acabados y más definidos.

El mercado de las apps sigue siendo, por tanto, algo muy atractivo, que las compañías deben trabajar y donde pueden esforzarse por posicionarse. Aún así, no todas las marcas consiguen triunfar y no todas las apps logran grandes cifras de descargas. Hay todavía quien no ha logrado triunfar y quien está viendo como sus resultados en la aventura de las aplicaciones son aún muy poco solventes. Y es que triunfar en el mercado de las apps no es tan sencillo, como recuerdan en un análisis de MobileMarketer que sirve como guía para descubrir algunos de los fallos que comenten las marcas cuando lanzan sus apps.

La app no sirve para lo que tus usuarios la necesitan

Nadie se descarga nada que no tenga una utilidad y sobre todo una utilidad que a ese consumidor realmente le suponga una diferencia. En un mundo saturado de información y de aplicaciones que ofrecen todo y lo de más allá, los consumidores no tienen interés en hacerse con algo que no sirve más que para ocupar espacio en la memoria de su dispositivo móvil. Las compañías deben conocer por tanto bien a sus consumidores y pensar realmente en lo que estos necesitan antes de ofrecerles una app móvil.

La app no cubre las necesidades de la compañía

Pero no solo hay que pensar en lo que los consumidores necesitan, sino que hay que tener claro qué es lo que espera la firma con la aplicación móvil. Como cualquier otro movimiento corporativo, la app tiene que tener una estrategia, unos objetivos. Tiene que servir para algo y la empresa tiene que ser consciente realmente de lo que está buscando con ella. ¿Cuál es el objetivo por el que se está desarrollando una app? Una vez que se tenga claro es cuando hay que desarrollar la app y orientar hacia ella todos los objetivos de la misma.

El único objetivo - o el único momento en el que la marca se preocupa - es la descarga

Una app es un ser vivo, o al menos el consumidor espera que lo sea. No hay que conseguir que el usuario se descargue la app, sino que esté interactuando con ella en todo momento. O, como explica el experto, la app tiene que comunicarse con el consumidor de forma frecuente. La app es, no nos olvidemos, una vía para la comunicación. Muchas empresas fracasan en su estrategia de aplicaciones móviles porque no son capaces de crear un escenario post descarga. No vale con que el usuario se haga con la app y la tenga en el móvil, hay que prever que sucederá después y crear una partida presupuestaria para dotarla de contenido.

La app es algo del departamento de TI y punto

Uno de los errores que suelen cometer las marcas cuando de tecnología se trata es pensar que lo que ocurra está limitado únicamente al departamento de TI. Pero lo cierto es que esto es un fallo garrafal, ya que la tecnología se ha convertido en un elemento transversal que afecta a todas y cada una de las áreas de la empresa. Las apps son un elemento más de la estrategia de marca y por tanto deben ser vistas como tal. No es solo una cuestión de diseño y ejecución: los departamentos de marketing, ventas, atención al cliente... todos ellos deben estar implicados en la estrategia de aplicaciones móviles.

Tu app es un tostón (o spam)

Como empieza a ocurrir hoy en día con prácticamente todo lo que se lanza en internet, la marca tiene que poner a trabajar también su estrategia en marketing de contenidos en la app. La aplicación no puede ser simplemente spam de la marca o una versión app de lo que ya se puede encontrar en la web de la compañía. La app no puede permanecer tampoco inmutable. Hay que evitar el autobombo y la promoción y también lo plano y aburrido que solo conducirá al aburrimiento.

Nadie conoce tu app

Y tan importante como los puntos anteriores es el último: la aplicación fracasará si no consigue llegar a los consumidores. ¿Saben tus usuarios potenciales que tienes esa app que necesitan? La empresa tiene que hacer un esfuerzo de comunicación y tiene que hacer que los consumidores descubran que su app existe. No vale sin embargo con anunciar al mundo que se tiene una app. También hay que darles motivos y argumentos para descargarla.

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